En medio de un panorama marcado por un incremento sostenido de la inflación la presidenta del BCE, Christine Lagarde, reconoció que el comportamiento de los precios al consumidor en la zona euro era mayor al previsto y con perspectivas al alza a corto plazo.
Precisamente, elevar las tasas de interés es una de las medidas financieras adoptadas tradicionalmente para detener el incremento de la inflación, pero con ello se incrementan los niveles de endeudamiento.
Tras las declaraciones de Lagarde los bancos de inversión adelantaron sus previsiones de aumentos de los tipos del BCE. Por ejemplo, analistas de Goldman Sachs vaticinaron que la entidad europea subirá las tasas de interés en 25 puntos básicos cada uno en septiembre y diciembre.
A ello se sumaron los pronósticos del Deutsche Bank, BNP Paribas, BofA y Commerzbank quienes indicaron que los incrementos de los tipos comenzarán en septiembre, con dos alzzas de 25 puntos básicos para fines de año, y estiman que las compras de bonos terminarán en el segundo o tercer trimestre.
Luego de esos comentarios los bancos de la zona euro ganaron hasta un 1,2 por ciento el viernes, su mayor nivel desde septiembre de 2018.
Sin embargo, sobre la política monetaria Lagarde insistió que las autoridades del Consejo de Gobierno no se apresurarían a adoptar nuevas medidas, y añadió que un aumento de las tasas de interés este año era muy poco probable.
Pese a las preocupaciones unánimes sobre la inflación en el BCE estamos decididos a no apresurarnos hasta obtener más información, reiteró.
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