Prevista del 26 al 29 de febrero, la cumbre llegará en un momento complicado por los efectos del conflicto ruso-ucraniano sobre la economía y el comercio global, la conflictiva situación para el transporte marítimo internacional en el Mar Rojo, la inflación persistente y los altos precios de los alimentos, juzgó la directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala.
Aunque hay un espíritu constructivo en torno a las pláticas, será difícil obtener resultados en las cuestiones comerciales ligadas a la agricultura y la producción de alimentos en general, dijo la funcionaria en declaraciones a periodistas.
El tema, reconoció, siempre ha sido un asunto polémico, pues la agricultura suele dar empleo a muchas personas y contribuye al avance de las economías nacionales, aun en aquellos países donde el sector significa una pequeña parte de su Producto Interno Bruto.
A menos de dos semanas de la reunión ministerial en Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos, la representante de la OMC insistió en que “por primera vez” observa un espíritu constructivo, teniendo en cuenta el escaso avance en el evento precedente, celebrado en 2022.
“Hemos hecho esfuerzos en los últimos 20 años pero no hemos sido muy afortunados, sí conseguimos un avance histórico en materia pesquera con mucho trabajo, y ahora lo estamos intentando con la agricultura”, reconoció.
Todavía, admitió, hay dificultades en muchas negociaciones, por lo que la actual atmósfera optimista “debe acompañarse de una dosis de realismo” para acercar posiciones.
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