La declaración refleja el peligro y la amenaza para la seguridad de los ciudadanos que suponen las protestas y pone de manifiesto la necesidad de apoyo de otras jurisdicciones y niveles de Gobierno, explicó Watson.
Según la autoridad, Ottawa intenta gestionar la continuidad de los servicios esenciales para sus residentes, quienes podrán conocer información actualizada de la situación a través de las páginas oficiales del gobierno local.
La denominada Caravana de la Libertad, formada por camioneros capitalinos, tomó las calles hace 10 días en contra del mandato de vacunación impuesto el pasado 15 de enero para quienes realicen trayectos transfronterizos.
Otros grupos que se oponen a esta medida del primer ministro Justin Trudeau se unieron a la manifestación que se extendió este fin de semana a otras ciudades canadienses como Toronto, Québec y Winnipeg, entre otras.
“Nos superan en número y estamos perdiendo esta batalla. Tenemos que recuperar nuestra ciudad”, dijo Watson en una conferencia de prensa el domingo.
La Policía aseguró que se sumaron más de cinco mil personas a la manifestación convocada este fin de semana.
La Alianza Canadiense de Camiones informó que más del 85 por ciento de los conductores que cruzan a suelo estadounidense están vacunados, por lo que no tiene sentido que se aplique ese mandato.
Según las autoridades, unos 250 camiones llevan 10 días aparcados en zonas céntricas, con constantes ruidos de bocinas.
El ministro federal de Salud Jean-Yves Duclos y el jefe de la Policía de la capital, Peter Sloly, explicaron que ya no se puede hablar de manifestación, sino de ocupación y resaltaron que la inmunización obligatoria para los camioneros está fuera de discusión.
Es tiempo de que los manifestantes regresen a sus casas, señaló Trudeau y subrayó que las protestas paralizaron la vida de los residentes de Ottawa.
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