La apertura de fronteras a vacacionistas del exterior, al comienzo estival, mejoró el panorama, pero los números se mantienen preocupantes, según la evaluación de la entidad que agrupa a los distintos sectores empresariales que gestionan la llamada industria sin chimeneas.
El dirigente del Sindicato Único Gastronómico y Hotelero del Uruguay (Sughu), Jorge González, aseveró que “la temporada, para nosotros, fue nefasta”, y el pico de actividad de la primera quincena de enero ya pasó, y la caída fue significativa en las siguientes semanas.
La presidenta de la Camtur, Marina Cantera, ante nuevos envíos al seguro de paro de trabajadores, insistió en la necesidad de que el gobierno adopte medidas para ayudar al sector.
Consultada en conferencia de prensa en cuanto a si analiza adoptar medidas sectoriales para el turismo, la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, respondió que “de momento” el tema no está sobre la mesa.
El informe mensual de la gremial correspondiente a enero refleja un magro desempeño después de un “buen nivel de ocupación hasta el 10 de enero, en hotelería de Punta del Este y aunque “se ajustaron las tarifas según la demanda”, se registró entre un 20 y 30 por ciento menos de ventas con respecto a 2019 y 2020.
“Después del 15 de enero se notó una baja importante debido a la pandemia y los días de lluvia que provocó cancelaciones”, agrega.
La Dirección Nacional de Migraciones indicó entre el 15 de diciembre y el 31 de enero la llegada de 340 mil visitantes, un 52 por ciento fueron argentinos y un 11 por ciento brasileños, y además procedentes de Chile, Paraguay y Estados Unidos.
El sindicato Sughu resolvió hace dos días pedir una reunión la Asociación de Hoteles y Restaurantes del Uruguay, el gremio de las empresas del rubro, para “encontrar puntos en común y llevar planteos conjuntos al gobierno”.
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