En una nota de prensa vísperas de los 16 años de la tragedia en la mina de carbón que se cumplen el sábado, donde perdieron la vida 65 mineros en total, Gómez Urrutia insistió en su acusación de culpabilidad al propietario del Grupo México, Germán Larrea, uno de los hombres más ricos de la nación.
El sindicalista lo acusó de negarse a rescatar los cuerpos de los trabajadores -de los cuales solo se recuperaron dos-, en complicidad con los gobiernos corruptos de los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón, por lo que ese crimen industrial sigue impune, señaló.
Gómez Urrutia, también senador de Morena, demandó que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, y la Comisión Federal de Electricidad, no rechacen la experiencia de los mineros de Coahuila para rescatar los cuerpos de 63 compañeros suyos, que permanecen sepultados en el mineral de carbón.
Denunció que Larrea reinició la guerra sucia en su contra, con una campaña mediática que revive el destino de los 55 millones de dólares que Grupo México se vio obligado a entregar como resarcimiento.
Advirtió que se trata de una estrategia de Larrea para evadir su responsabilidad en Pasta de Conchos y las huelgas en las minas de Cananea, Taxco y Sombrerete, Zacatecas de su propiedad.
El Grupo México publicó un comunicado en el que acusa a Gómez Urrutia de eludir el pago de 55 millones de dólares a los mineros, pero el líder sindicalista insiste en que la tragedia se produjo por las nulas condiciones de seguridad que desde el año 2000 el sindicato denunció.
Agrega que el Grupo México se negó a rescatar a los atrapados en el derrumbe de la mina y para ello contó con la protección primero de Vicente Fox y luego de Felipe Calderón.
También denunció que fue una negligencia criminal, una irresponsabilidad, producto de la arrogancia y el descuido de una empresa que se ha caracterizado siempre por llevar destrucción y muerte donde opera.
El grupo tiene varios procesos judiciales por contaminación ambiental, de aguas subterráneas y ríos, y graves daño al ecosistema, pero aun así sigue operando sus concesiones en varios estados.
Gómez Urrutia recordó que los mineros fueron abandonados y al quinto día de la explosión Grupo México decidió suspender el rescate, bajo el argumento de que ya habían muerto calcinados, lo cual fue desmentido un año después con la aparición de dos cadáveres cuyas autopsias demostraron muerte por asfixia, no por carbonización.
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