A principios de la semana pasada, cientos de neozelandeses, inspirados por el «Convoy de la Libertad» de Canadá, abarrotaron las carreteras con automóviles y caravanas, y luego acamparon en los jardines del Parlamento, en protesta contra la vacunación obligatoria.
Las fuerzas del orden adoptaron un enfoque de no intervención, cuando un intento de tomar el control del césped a fines de la semana pasada resultara en enfrentamientos violentos y 120 arrestos.
La acción tomada por la policía corre el riesgo real de lesionar al público, una escalada en el número de personas y una transición de una protesta en gran parte pacífica a la violencia, indicó el comisionado Andrew Coster.
En nuestra evaluación, la única opción segura en este momento es un enfoque continuo en la desescalada, agregó.
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