Según explicó Johnson en el Parlamento, como parte de la nueva estrategia diseñada por el gobierno conservador para «convivir con la Covid-19» también se dejará de pagar la compensación salarial que devengaban quienes se autoaislaban en sus hogares tras dar positivo al coronavirus SARS-CoV-2.
Además de confirmar el fin de todas las regulaciones domésticas legales que se implementaron para combatir la pandemia, el gobernante dijo que a partir del mes próximo se eliminarán las pruebas universales gratuitas para detectar el virus.
Al respecto dijo que el costo de ese programa, unido al rastreo de los contactos de los casos positivos y el autoaislamiento constaron al erario público casi 20 mil millones de dólares extras en este año fiscal.
De acuerdo con Johnson, quien aseveró que la vacunación seguirá siendo la primera línea de defensa contra la pandemia, a partir del 1 de abril solo los ancianos y las personas vulnerables tendrán derecho a las pruebas de Covid-19 gratuitas.
El plan del gobierno fue recibido con críticas y protestas por parte de la oposición política en el Parlamento, mientras que la comunidad científica teme que la vuelta a la normalidad que persigue el primer ministro se traduzca en una nueva ola de la enfermedad.
El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, lo calificó de un anuncio que solo provocará más caos y confusión.
Ed Davey, quien encabeza a los liberales demócratas advirtió, por su parte, que debido al fin de la gratuidad de las pruebas de Covid-19, muchas personas se verán obligadas a escoger entre hacer las compras semanales y saber si están contagiados.
El líder del Partido Nacional Escocés en el Parlamento, Ian Blackford, afirmó que el anuncio contradice todas las recomendaciones hechas por los especialistas del servicio de salud.
El plan del gobierno central solo afecta a Inglaterra porque las autoridades semiautónomas de Gales, Escocia e Irlanda del Norte siguen estrategias propias para lidiar con la pandemia.
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