Al intervenir de manera virtual en la cita, el mandatario significó que las distintas formas de desigualdades fueron exacerbadas por la Covid-19 hasta convertirse en una verdadera nueva cuestión social que hoy exige la búsqueda de alternativas que protejan y dignifiquen a las personas excluidas.
Durante su discurso, Fernández calificó de imprescindible que los créditos internacionales no condicionen los procesos de desarrollo en crecimiento, equidad y justicia social, al señalar que solo así se podrá concretar políticas orientadas a realidades tangibles, lo que se ha denominado el «acelerador de empleo».
En otro momento de su exposición, se refirió a la negociación que su país lleva adelante con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar la deuda pendiente tomada en préstamo en 2018 por su antecesor, Mauricio Macri, consistente en 45 mil millones de dólares.
Al respecto, señaló que durante las conversaciones con el Fondo, han preservado los derechos de los trabajadores y de los grupos más vulnerables, pero también al capital productivo, estableciendo las condiciones para una estabilidad financiera que propicie la tranquilidad de los negocios y las inversiones necesarias para crecer.
Por otra parte, resaltó que la arquitectura financiera internacional es la que marca los desequilibrios y no acompaña a la economía real y mucho menos a la justicia social. En el caso de Argentina, dijo, “se encuentra en el proceso de negociación de su deuda externa y buscando los equilibrios redirigidos hacia el espíritu de la nueva normalidad”.
Fernández también llamó a fortalecer las políticas contra las desigualdades de género, educativas, económicas y sociales, que hagan efectivo el objetivo 8 de la Agenda 2030: crecimiento económico inclusivo y sostenido para crear empleo digno para todos y mejorar los estándares de vida.
“En este complejo escenario de la pospandemia, el trabajo de calidad debe posicionarse en el centro de las políticas económicas, productivas, financieras y comerciales”, remarcó el dignatario.
Entre varias acciones, abogó por crear al menos 400 millones de nuevos puestos de trabajo, principalmente en las economías verdes y de los cuidados, ampliar los pisos de protección social al 50 por ciento de las personas que carecen de ellos, y de extender la acción climática para el empleo a efectos de acelerar el progreso hacia una economía mundial neutra en carbono.
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