A un mes de la autoproclamación del diputado Juan Guaidó como mandatario encargado -con respaldo inmediato de Estados Unidos y sus aliados internacionales-, los sectores más radicales de la oposición generaron graves focos de violencia en el occidental estado de Táchira.
En complicidad con las autoridades de Washington y Bogotá, grupos de choque asociados al cabecilla opositor protagonizaron acciones desestabilizadoras en la frontera binacional, como parte de una falsa operación de ayuda humanitaria.
“Conmemoramos tres años de la victoria en la Batalla de los Puentes, acción cívico-militar que derrotó al imperio norteamericano y sus lacayos, quienes pretendieron tomar nuestro país para robarnos la paz. Seguiremos defendiendo el derecho internacional y la soberanía de la Patria”, escribió Maduro en su cuenta de la red social Twitter.
La entrega de la supuesta asistencia humanitaria, acopiada en la localidad fronteriza colombiana de Cúcuta, fue denunciada por las autoridades de Caracas como una pantalla para encubrir una intervención militar en territorio venezolano.
Varios cientos de personas, civiles y militares, resultaron heridos del lado de Venezuela producto de los incidentes reportados en los puentes internacionales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, así como en la localidad de Ureña.
Con el objetivo de responsabilizar a efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) de supuestos actos de represión, los grupos violentos de la oposición llegaron a prender fuego a un camión en el lado colombiano del puente Santander.
Las autoridades bolivarianas denunciaron entonces la complicidad del ejército y la policía colombianos al descuidar el control de su lado de la frontera, y responsabilizó de los focos de violencia al mandatario del vecino país, Iván Duque, y al autoproclamado presidente encargado Juan Guaidó.
Estos sucesos provocaron la decisión del Gobierno de Venezuela de romper relaciones diplomáticas con Colombia, en vistas de “los sistemáticos actos de agresión” procedentes del vecino país, “bajo la tutela de Estados Unidos”, de acuerdo a un comunicado de la Cancillería.
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