Los detractores de la iniciativa gubernamental repiten que su aplicación implicará el alza en los precios de la electricidad para el consumidor final, pero no demuestran el mecanismo para ello, contra el criterio de sus defensores quienes plantean todo lo contrario.
A los opositores que prevén un alto costo de la reforma superior a los cuatro mil millones de dólares anuales, aumento en consumo de combustóleo en comparación con energías más baratas como las renovables, y por tanto aumento de tarifa, los defensores replican que no es así.
El investigador en economía del Tecnológico de Monterrey Carlos Guerrero, aseguró que con la iniciativa van a bajar las tarifas y respecto a la queja sobre subsidios a tarifas, recordó que a la Comisión Federal de Energía (CFE) los gobiernos anteriores la obligaron a subsidiar a grandes empresas como Iberdrola.
Por su parte, el director general internacional de esa comisión, Miguel Reyes, recordó que los grandes consumidores de electricidad antes permitían de manera natural subsidiar tarifas de los hogares más pobres pero al dejar de pagarlas las asumió el estado.
Dijo que México es un país con enormes desigualdades y cuando la CFE tenía el control del sistema eléctrico, aplicaba un sistema progresivo, y subsidiar a los pequeños, aquellos en donde no es rentable llevarles la electricidad y suman cientos de poblaciones o miles de poblaciones pobres.
Reyes acusó a las empresas privadas de no tener interés en llevarles electricidad porque no es rentable, a diferencia de una empresa pública donde el interés es el servicio público y una tarifa de electricidad favorable a la gente de menores recursos.
rgh/lma