La fuente atribuyó la aceleración de la inflación en ese período al incremento de los precios de los productos energéticos, en particular los no regulados, 31,3 por ciento, seguidos por los alimentos frescos, 6,9; y elaborados, 3,2.
Sobre base mensual, indicó el Istat, los precios crecieron 0,9 por ciento debido al alza registrada en las cotizaciones de los productos energéticos no regulados, 8,3 por ciento, y en menor medida los de alimentos frescos, 1,7; así como los elaborados y bienes duraderos, con 0,5 por ciento cada uno.
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