Las largas décadas de conflictos bélicos en la nación asiática dejaron a cientos de miles de afganos en la extrema pobreza y una economía inestable.
Recientemente, la organización no gubernamental Save the Children indicó en un informe que hasta una quinta parte de las familias en Afganistán envían a sus hijos a trabajar, debido a la falta de ingresos en los hogares.
La institución estima que un millón de niños ahora se dedican a lustrar zapatos, vender en las calles, trabajar en talleres de autos y panaderías y otros en fábricas y en la minería.
Además de la pobreza, la falta de acceso a la educación en zonas alejadas y conservadoras refuerza el trabajo infantil, añade el documento.
El economista Iraj Faqiri considera que para mover el ciclo económico afgano, es necesario crear oportunidades de trabajo para contrarrestar los permanentes problemas de pobreza en el país.
Según un informe reciente del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), hasta el 97 por ciento de las familias afganas podrían vivir por debajo del umbral de la pobreza en cuestión de meses.
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