En entrevista exclusiva con Prensa Latina, el experto explicó que la coyuntura de la región para 2022 será más incierta y compleja, con un crecimiento económico y una recuperación del empleo más lenta de lo anticipado.
Asimismo, habrá mayores presiones inflacionarias, elevada volatilidad cambiaria, bajos niveles de inversión y productividad, y altos niveles de informalidad, desigualdad y pobreza.
La crisis sanitaria generada por la pandemia de Covid-19, dijo, incrementó el deterioro socieconómico del área con rezagos en los mercados laborales en relación con el comportamiento de la actividad económica, ello en una área caracterizada por las grandes deudas sociales.
De los empleos perdidos en 2020, amplió, aproximadamente el 30 por ciento no se recuperó en 2021, mientras en paralelo continúa en ascenso la informalidad. Es decir, un mayor número de ocupados está asociado a una menor calidad de los puestos de trabajo, apuntó el investigador.
Pero la recuperación del empleo es parcial y muchas veces a costa de determinados segmentos poblacionales como las mujeres, ello las coloca en una situación de gran desventaja y acentúa las brechas de género en el mercado laboral regional.
En el tercer trimestre de 2021, la tasa de participación de ellas fue del 49,7 por ciento, pero en el caso de los hombres se ubicaron en un 71,5 por ciento, una cifra dos puntos porcentuales por debajo del mismo período de 2019.
AMÉRICA LATINA EN NÚMEROS ROJOS
En opinión del experto, el actual contexto está sujeto a la evolución del virus Sars-Cov-2 y la probable aparición de cepas más agresivas y contagiosas, y en tanto persista un desigual tratamiento de la vacunación contra la Covid-19 se mantendrán esos peligros.
Es una realidad, posiblemente tendríamos que convivir mucho tiempo en estas condiciones, pero ese impacto tiene un costo económico y social, indicó el también Doctor en Ciencias Económicas.
Para 2021, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estimó un crecimiento regional del 6,2 por ciento, pero menos de la mitad de sus países podrán recuperar los niveles de actividad de 2019 en 2022.
Solo 11 naciones lograron la expansión en 2021 y se prevé que otras tres se sumen en 2022, añadió Pichs, ello muestra que la crisis provocada por la pandemia tiene efectos duraderos en la expansión económica de gran parte de América Latina y el Caribe, además de agravar los problemas estructurales existentes previamente. Por ejemplo, los envíos de recursos hacia el exterior se mantienen, y se considera que los países latinoamericanos –a excepción del Caribe- pagaron en 2021 cifras millonarias por concepto de transferencia neta negativa hacia otras naciones.
Actualmente, solo por el indicador de servicio de la deuda, el área paga el 40 por ciento del valor de las exportaciones de bienes y servicios, pero de incrementarse las tasas de interés aumentarían las cantidades de dinero a erogar, sin contar que América Latina tiene un alto componente de capital de inversiones en carteras.
Es decir, por un lado la deuda se abulta en la medida que crecen los servicios, se desestabilizan esas economías y lógicamente resulta menos atractivo para esos capitales de inversión a corto plazo, y entonces retornan a plazas más seguras.
En América Latina empeorarán las condiciones, remarcó.
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