Raisi plantó un almendro en la cordillera norte de Teherán, siguiendo la tradición de cada año y acorde a la Semana de los Recursos Naturales, iniciada la víspera, refirió el medio noticioso.
Las siembras de los últimos años se corresponden con especies nativas, tolerantes a la sequía, y en las alturas superiores a los mil 800 metros, entre las que resaltan plantaciones de trementina persa, espino y fresno común.
Al presente, el riego de buena parte del cinturón verde de Teherán se realiza con el empleo de aguas residuales purificadas de la ciudad y, en un futuro próximo, se proyecta utilizar similar método para todos los bosques del país.
El proyecto, iniciado en 1986, contempla la recuperación de 50 mil hectáreas de bosques de las cuales fueron plantadas más de 41 mil 500, según publicaciones con cierre en abril de 2019.
Los registros de área verde per cápita de la capital crecieron de un metro cuadrado antes del triunfo de la Revolución Islámica (1979) hasta superar los 16,25 metros en el inicio de la década de 2020.
Según reportes de expertos observadores civiles y ambientales, el cinturón verde, una vez completado, tendrá un efecto importante en la purificación del aire y en sentido general mejorará el medio ambiente de la capital del país.
Antes de la llegada del año nuevo iraní, millones de ciudadanos siembran árboles para dar la bienvenida a la primavera, al tiempo que realizan acciones de concienciación pronaturaleza en la semana nacional de los Recursos Naturales que celebran hasta el 13 de marzo.
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