En su cuenta oficial en Twitter, la alta representante de Naciones Unidas apuntó que al bloquear la producción de crudo se priva a todos los libios de su principal fuente de ingresos y llamó a levantar tales prohibiciones.
Además, recordó que la libertad de movimiento en Libia es un derecho básico y que todos los vuelos civiles deben reanudarse.
La Liga Árabe también mostró inquietud por la situación que atraviesa Libia, inmersa en una crisis que amenaza con sepultar los acuerdos alcanzados en 2021 y reiniciar una guerra civil.
El secretario general de esa organización regional, Ahmed Aboul Gheit, llamó a todos los actores involucrados a “trabajar con seriedad y responsabilidad en la creación de las condiciones de seguridad, políticas y jurídicas necesarias para la celebración de elecciones nacionales lo antes posible”.
Por medio de un comunicado, el grupo pan-árabe indicó que la actual situación en Libia se convirtió más que nunca en una razón para celebrar los comicios, renovar la legitimidad de las instituciones y poner fin a la etapa de transición.
El panorama en Libia se deterioró aún más desde el pasado mes, luego del nombramiento de Fathi Bashagha como primer ministro interino en sustitución de Abdel Hamid Dbeibah, quien rechazó entregar el poder antes de los comicios.
La Cámara de Representantes, con sede en la oriental ciudad de Tobruk, escogió a Bashagha, de 59 años, en reemplazo de Dbeibah al estimar que el mandato de este último expiró el 24 el diciembre último, fecha escogida en un principio para celebrar las elecciones presidenciales.
Sin embargo, los comicios fueron aplazados debido a profundas diferencias en torno a varios candidatos, la falta de seguridad y problemas técnicos.
Hasta el momento, no hay fecha para su celebración y todo apunta que se efectuarían el próximo año.
Libia vive una espiral de violencia desde el derrocamiento de Muamar al Gadafi en 2011, luego de una guerra apoyada por miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, entre ellos, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido.
Actualmente, en esa nación petrolera siguen las pugnas por el poder y el accionar de milicias y agrupaciones terroristas, en tanto aumenta la criminalidad y el tráfico de personas y armas.
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