Según el organismo de Naciones Unidas, los inmunógenos actuales se basan en el virus circulante de principios de la pandemia y, al tomar en cuenta la evolución continua y sustancial del agente infeccioso, es posible que sea necesario actualizar la composición de los productos disponibles.
Cualquier modificación, recomendó, debe tener como objetivo mantener la protección contra la enfermedad grave y la muerte, al tiempo que garantice la amplitud de la respuesta inmunitaria contra las variantes circulantes y emergentes.
Estimó también que, dada la transmisión generalizada de Ómicron a nivel mundial, la posibilidad de su evolución continua es alta, y puede surgir una nueva variante antes de obtener y distribuir a gran escala una vacuna modificada.
La situación sanitaria mundial se caracteriza actualmente por un dominio rápido y relativamente sincrónico de la variante Omicron en las seis regiones de la OMS, reveló la información.
Si bien los casos globales disminuyen, acotó el reporte, hay recursos y capacidades de prueba reducidos en algunas áreas y el panorama epidemiológico sigue siendo heterogéneo, con varias regiones y países que informan aumentos en nuevos casos semanales.
El suministro a corto y mediano plazo de las vacunas disponibles creció sustancialmente, sin embargo, la equidad en el acceso a los inmunógenos sigue siendo un desafío importante y se recomiendan encarecidamente todos los esfuerzos para abordar tales desigualdades, puntualizó además.
Las estimaciones del organismo están contenidos en la declaración provisional sobre los inmunizantes en el contexto de la circulación de la variante Omicron del SARS-CoV-2, del Grupo Asesor Técnico para la Composición de la vacuna antiCovid-19.
mem/ifs