Estas acciones israelíes se reanudaron cuando Siria logró frenar el avance de las agrupaciones opositoras que atacaron las unidades de defensa antiaérea del ejército en los dos primeros años de la guerra, agresiones que según Damasco, respondían a instrucciones del gobierno de Tel Aviv.
Antes de la guerra, Israel perpetró dos acciones bélicas; una ocurrió en la noche entre el 5 y 6 de septiembre de 2007, cuando aviones de combate atacaron y destruyeron un supuesto reactor nuclear sirio en desarrollo en la región de al-Kiber, cerca de la orilla del río Éufrates, en la provincia oriental de Deir Ezzor.
Cuatro años antes, en octubre de 2003, se había realizado el primer ataque contra un campo de entrenamiento del grupo palestino “Yihad Islámica” en la localidad de Ain Saheb, al sur de la capital, con el propósito de impedir que la resistencia palestina se consolidara en el enfrentamiento al ocupante.
Agresiones de Israel y su apoyo a agrupaciones terroristas
Ya no es secreto para nadie la implicación de Tel Aviv en el conflicto a favor de las agrupaciones terroristas contra el gobierno, pues el primer ataque masivo israelí se reportó a finales de 2012 contra depósitos de armas y municiones de la Guardia Republicana Siria en una de las laderas del monte Qassiun, cerca de la capital.
Esta acción coincidió, no por casualidad, con una ofensiva del llamado Ejército Libre Sirio y otras formaciones radicales desde varios ejes contra Damasco, con la intención de golpear a las fuerzas armadas y crear caos entre sus filas para tratar de facilitar una invasión a la capital.
Los centros de investigación científica y los sistemas de defensa antiaérea estuvieron también entre los principales blancos de los ataques misilísticos de Tel Aviv.
En los meses de mayo y diciembre de 2013 y también en 2017 y 2018, aviones de combates israelíes agredieron el centro de investigación científica de Jumraya, ubicado a 18 kilómetros al noroeste de esta capital.
Acciones bélicas similares apuntaron en 2018, 2019 y 2021 contra el complejo de investigación científica de Messiaf, en la provincia central de Hama.
Israel pretendía con estos ataques, impedir que Siria desarrollara armas o cohetes que podrían afectar el balance de fuerzas a su favor. Sin embargo, las autoridades de Damasco afirmaron que la labor en estos centros continúa.
Operaciones sirias de defensa
El 10 de febrero de 2018 se produjo un trascendental incidente cuando los aviones israelíes dejaron de entrar en el espacio aéreo sirio y comenzaron a lanzar misiles desde el norte de Palestina, Líbano, o las aguas del Mediterráneo.
La razón fue el derribo de un avión F-16 israelí por la defensa antiaérea siria, según reconoció un portavoz militar en Tel Aviv.
La aeronave bombardeaba posiciones del Ejército de Siria y presuntas instalaciones de sus aliados en territorio de esta nación y formaba parte de un escuadrón compuesto por al menos ocho naves.
Una nueva acción transcurrió en abril de 2021 cuando estalló cerca del reactor nuclear israelí de Dimona un cohete tipo ‘Sam 5’ de segunda generación, modernizado por el personal de Defensa Antiaérea siria.
El misil casi repetía la escena del derribo del F-16, pero el avión israelí logró maniobrar y evitar el misil que completó su curso a una distancia de 250 kilómetros y estalló cerca de la instalación nuclear burlando todos los sistemas avanzados de defensa antiaérea de Tel Aviv.
Suceso importante
Un suceso importante ocurrió cuando el Ministerio de Defensa de Rusia responsabilizó a Israel por el derribo del avión Ilyushin IL-20 que realizaba labores de reconocimiento y lucha electrónica.
En realidad fue impactado por un misil S-200 disparado desde una batería antiaérea siria que intentaba repeler un ataque de cuatro cazabombarderos F-16 israelíes, a 35 kilómetros de las costas del país, el 17 de septiembre de 2018.
Rusia, en respuesta, suministró a Siria las baterías S-300, las cuales impiden que los aviones violen el espacio aéreo sirio.
Asimismo, las fuerzas armadas sirias emplearon los sistemas Pántsir-S1 y Buk-M2E para repeler los ataques y lograron, según un alto mando sirio que pidió anonimato, derribar el 90 por ciento de estos misiles mediante emboscadas de defensa antiaérea tendidas en las cercanías de las instalaciones vitales.
Escudados en vuelos civiles
Aviones israelíes usaron en varias ocasiones vuelos de pasajeros para protegerse del fuego de la defensa antiaérea de esta república árabe.
Una de estas incursiones sucedió cuando cuatro cazas F-16 israelíes entraron en el espacio aéreo sirio en la zona de Tanef, ocupada por tropas de Estados Unidos, y atacaron una planta de procesamiento de fosfato cerca de la región de Palmira. La defensa antiaérea no actuó por no poner en peligro a un vuelo civil.
En febrero del 2021, un avión de pasajeros Airbus A320, con 172 pasajeros a bordo, se vio obligado a realizar un aterrizaje forzoso en la base aérea de Hemeimim antes de continuar su viaje hacia Damasco debido a una agresión israelí.
Incluso en diciembre pasado, las unidades de defensa antiaérea sirias no actuaron contra cazas israelíes que atacaron con misiles el puerto de Latakia porque la acción hostil coincidió con el aterrizaje de un avión ruso en la base aérea de Hemeimim.
Coordinación para impedir agresiones
Ante esta situación, las fuerzas armadas de Siria y Rusia intensifican su coordinación para acciones militares conjuntas en el campo de la lucha antiterrorista y también para disuadir a potencias externas como Israel de perpetrar agresiones contra esta nación árabe.
En este sentido, se llevaron a cabo por primera vez patrullas de aviones de combate de ambos países, cerca del Golán sirio ocupado por Israel.
Medios israelíes consideraron tales maniobras como un mensaje a Tel Aviv de que Rusia rechaza las agresiones aéreas contra los aliados de Damasco en el territorio sirio.
En una acción de igual significado, uniformados sirios e integrantes de la policía militar rusa comenzaron a patrullar las instalaciones del puerto comercial de la ciudad costera de Latakia, blanco en dos ocasiones de ataques israelíes en diciembre pasado.
Esta presencia apunta a asegurar y proteger el puerto y disuadir cualquier agresión contra sus instalaciones. Según medios de prensa, es un mensaje claro a Israel que cualquier nuevo ataque equivaldría una acción hostil contra los soldados rusos.
Respuesta estratégica
Bassam Abu Abdullah, analista político, profesor de relaciones internacionales y director de la Escuela Central del Partido Baath gobernante, afirmó a Prensa Latina que los ataques de Israel no harán un cambio importante sobre el terreno ni lograrán debilitar las capacidades de defensa antiaérea del ejército.
La respuesta siria en la actualidad se efectúa en el marco de lo disponible y sobre la base de «misil por misil», opinó.
Agregó que a pesar de los repetidos ataques israelíes, los sirios mostraron capacidad durante los últimos años de reconstruir las unidades de defensa antiaérea destruidas por las agrupaciones radicales a principios de la guerra y modernizar más estos sistemas.
Reafirmó que la respuesta no puede ser «emocional» y “precipitada” sino estratégica. Actualmente Siria tiene territorios ocupados y su ejército está en múltiples frentes.
Las acciones israelíes constituyen una flagrante violación a las normas del derecho internacional, y no hubiesen continuado si no fuese por el apoyo incondicional que les ofrece Estados Unidos con total impunidad, concluyó.
arb/fm