La firma anunció el cierre temporal de sus 50 establecimientos en la nación euroasiática por una serie de desafíos operativos y el empeoramiento del conflicto, alegaron sus directivos.
El pasado lunes, el operador de la marca, Fast Retailing, comunicó a la prensa japonesa que mantendrían sus ventas en Rusia porque “vestirse es una necesidad de la vida y los rusos tienen el mismo derecho a vivir que nosotros”.
Estas declaraciones provocaron una avalancha de comentarios negativos en plataformas digitales y un llamado al boicot de Uniqlo.
Luego de calcular las potenciales pérdidas económicas y considerarlas mínimas, el gigante de los videojuegos Nintendo cortó el envío de productos y la comercialización online de sus softwares a Rusia.
Hitachi, que se dedica en territorio ruso a la producción y venta de maquinaria de construcción, informó sobre la paralización de sus fábricas y las exportaciones al país, en respuesta a una solicitud del viceprimer ministro de Ucrania, Mykhailo Fedorov, quien pidió al conglomerado japonés el cese de cualquier vínculo comercial con Moscú.
En el caso de Mitsubishi Electric, la firma aseguró que es “difícil mantener el negocio” cuando se enfrentan a interrupciones logísticas y la eliminación de algunos bancos rusos del sistema de pago internacional Swift dificulta las transferencias de dinero entre países.
También las empresas automotrices Toyota, Mitsubishi Motor, Honda, Mazda y Nissan suspendieron sus actividades en Rusia por temores al impacto de las medidas económicas y a problemas de suministro.
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