En este sentido, los cultivadores impulsan también la capacitación respecto a la poda de árboles del denominado grano de oro, cuyas ganancias en el escenario internacional superaron los 129 millones de dólares durante los dos primeros meses de 2022, seguido por otros sectores como la carne de bovino.
Igualmente, los agricultores remueven ramas y eliminan las hojas innecesarias en las plantaciones, técnicas todas que, de acuerdo con especialistas del Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria previenen pérdidas de hasta un 30 por ciento en la cosecha.
Los cafetaleros reciben además por el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) bonos tecnológicos, entre ellos, insumos orgánicos, con el propósito de evitar plagas en los sembradíos y garantizar una producción sostenible y sustentable.
El 11 de febrero último en declaraciones a la prensa, el ministro de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, aludió a las peculiaridades de la caficultura en el país centroamericano y a la posibilidad del incremento mundial del precio del grano a 284 dólares el quintal.
A su juicio, el valor del café fluctúa entre 150 y 156 dólares, si bien la realidad demuestra un aumento de esa cifra en el comercio del orbe e, incluso, los expertos, basados en los indicadores de la bolsa de Nueva York, en Estados Unidos, avizoran un crecimiento de ese monto cercano a los 300 dólares.
En el presente 2022, la tierra de lagos y volcanes prevé un acrecentamiento de la producción cafetalera en las fincas y una mejoría en el manejo de la cosecha; así como, la promoción del comercio foráneo, el acceso a nuevos mercados y el impulso de transformaciones en el sector.
«Si alcanzamos la meta de producción de los 3.7 millones de quintales al cierre de este período y el promedio oscila sobre los 250 dólares, será un año espectacular para esa esfera y el impacto económico nacional», aseguró el titular nicaragüense de Hacienda y Crédito Público.
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