Entre sus iniciativas se encuentra reducir el impuesto al valor agregado (IVA) del gas y la electricidad, así como los impuestos especiales a la gasolina y el diesel.
El anuncio lo realizó el primer ministro belga, Alexander de Croo, quien señaló que a la par presionan a la Unión Europea (UE) para congelar los precios del gas.
Las medidas tendrán un costo de mil 300 millones de euros para el Estado, aunque en torno a mil millones provendrán de los ingresos públicos adicionales.
Se trata del segundo paquete de ayudas aprobado por el Gobierno federal para limitar el impacto de la escalada de precios en las facturas de los consumidores, tras una primera batería el pasado enero.
Las medidas incluyen bajar al seis por ciento el impuesto sobre el valor añadido del gas desde el 1 de abril hasta el 30 de septiembre, y prolongar hasta septiembre la reducción del IVA de la electricidad.
También se extenderá hasta el noveno mes del año la tarifa social y se destinará un cheque de 200 euros para quienes tengan calefacción de gasóleo, precisó el ministro de Hacienda belga, Vincent Van Peteghem.
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