La investigación, iniciada en octubre de 2020, fue conducida por un equipo de la universidad UTHealth Houston, en Estados Unidos, y recopiló datos de 218 niños en el estado de Texas de entre cinco y 19 años.
De los participantes se tomaron tres muestras de sangre que se correspondieron a una etapa anterior a la vacunación, y durante los picos generados por las variantes Delta y Ómicron, hasta completar tres fases.
El hallazgo señaló que el 96 por ciento de los infectados estudiados mantenían anticuerpos hasta siete meses después.
No obstante, en la tercera y última de las mediciones, un 58 por ciento dio negativo para los anticuerpos inducidos por la infección.
Asimismo, los análisis del los pequeños convalecientes mostró uniformidad y no arrojó diferencias entre casos de mayor o menor gravedad, el peso o el sexo, abundó el reporte.
La autora principal del estudio, Sarah Messiah, apuntó que si bien los resultados son alentadores, al desconocerse el umbral de protección absoluto, lo ideal es proceder a la vacunación, pues se trata de una defensa adicional.
La investigación, reconoció la fuente, no incluyó el impacto de la protección conferida por los inmunógenos contra el SARS-CoV-2.
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