Estamos muy contentos de estar aquí en Rurrenabaque entregando esta hermosa obra, esta hermosa infraestructura que va a hacer posible que mejoremos la atención de cientos de miles de turistas que anualmente solían llegar a esta zona, afirmó el mandatario.
La obra construida mediante una inversión de 40 millones de bolivianos (casi seis millones de dólares) es parte de los esfuerzos de reconstrucción de la economía nacional, afectada por la decisiones del régimen de facto y la Covid-19, explicó el jefe de Estado.
Añadió que la apertura también está vinculada con la reanimación del turismo nacional gracias a la campaña de vacunación gratuita contra el virus SARS-CoV-2, transmisor de la enfermedad que azota al planeta con categoría de pandemia.
Insistió Arce en que la inversión de 40 millones de bolivianos (alrededor de seis millones de dólares) en la primera fase de esta obra tiene como objetivo que la infraestructura beneficie a la población con la reanudación del turismo.
Describió que en estos momentos el aeropuerto de Rurrenabaque incluye una terminal, la plataforma y la torre de control, que puede operar con el equipamiento antiguo, mientras transcurre el proceso de contratación e instalación de la nueva tecnología.
Comentó que a partir de la reactivación de la gestión turística en la nación sudamericana e internacionalmente muchas aerolíneas muestran interés por llegar a este destino.
A su turno, el ministro de Obras Públicas, Servicios y Vivienda, Edgar Montaño, criticó que la construcción de esta infraestructura “de clase mundial” fue paralizada por el gobierno de facto.
“Los pititas golpistas detuvieron el avance de este importante aeropuerto, no realizaron el pago de planillas de avance de obra a la empresa contratista”, expresó Montaño.
El ministro anunció que la segunda fase del aeródromo contará con una inversión valorada en 63 millones de bolivianos (poco más de nueve millones de dólares estadounidenses).
rgh/jpm