Miles cantan la contagiosa canción que acompaña al animado, compuesta por Carlos Correa quien, además, pone su voz al frailejón:
«Hola, mi nombre es Frailejón Ernesto Pérez. Te quiero saludar, no me conoces, pero yo a ti sí, sí, yo soy tu amigo, tu amigo Frailejón Ernesto Pérez. Te quiero saludar, soy una planta sin mucho color, cuidar el agua es mi profesión, yo soy tu amigo, tu amigo Frailejón Ernesto Pérez».
Como indica la letra de la canción, este personaje recrea una planta, cuyo nombre científico es Espeletia, y se puede encontrar en los páramos de Colombia, Ecuador y Venezuela.
El frailejón, que crece, un centímetro cada año, tiene una función muy importante para la vida en estas tierras y es que su morfología le permite captar el agua de la niebla y redirigirla al suelo, y hacer que esta circule hacia las quebradas y ríos que alimentan las cuencas colombianas.
Poseen un tronco grueso, generalmente único, con hojas suculentas y muy velludas que se disponen en una apretada espiral formando una roseta en la parte superior del tallo.
Las hojas muertas a lo largo de este, en lugar de caer, permanecen protegiéndolo. Esta serie de adaptaciones fisiológicas se deben a las drásticas condiciones climáticas de las alturas andinas (frío, alta irradiación ultravioleta, estacionalidad diaria y escasez fisiológica de agua).
Según los estudios científicos, vive desde hace 2,5 millones de años en el planeta gracias a su capacidad de adaptación a las temperaturas y radiación solar de los páramos, localizados en zonas montañosas entre los dos mil 900 y los cinco mil metros de altura.
Colombia es uno de los países privilegiados con este tipo de terrenos conocidos como fábricas de agua, que abarcan cerca de tres millones de hectáreas. Entre ellos están el del Sumapaz, Chingaza, Iguaque, Puracé, El Cocuy y la Sierra Nevada de Santa Marta.
Casi una tercera parte de las poblaciones del país conviven con los páramos y los frailejones, pues de los mil 23 municipios de Colombia, 400 tienen jurisdicción en este ecosistema, lo que representa el 36 por ciento del total, y 10 de ellos tienen más del 70 por ciento de su área en estos parajes.
Los frailejones son quizas las plantas más representativas de los páramos colombianos donde existen 88 de las 144 especies conocidas, sin embrago, están bajo amenazas por el cambio climático y la extensión de la frontera agrícola y ganadera.
En el año 2018 se expidió la Ley 1930 de protección de estas plantas en Colombia, pero el peligro sigue latente más allá de la legislación.
El Frailejón Ernesto Pérez de Cuenticos Mágicos, sin dudas, contribuye a crear una conciencia tanto en niños como en adultos a proteger esta valiosa planta, cuidar el páramo, reciclar, ahorra electricidad y a cuidar el agua, un bien común de la humanidad, pero también a amar las bellezas naturales de Colombia.
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