Los impactos del cambio climático tienen que ver con el calor y las lluvias variables y extremas y ambos a la vez tienen una correlación directa con el ciclo del agua, apuntó la experta.
Por lo tanto, la mitigación del fenómeno tiene que estar relacionada con el agua y su gestión, explicó Narain.
Los expertos del CSE señalan que el aumento del calor tiene graves consecuencias para la seguridad del agua en el país y se deberá trabajar no sólo en su almacenaje en millones de estructuras, sino también en la reducción de las pérdidas por evaporación.
Una opción es trabajar en el almacenamiento de agua subterránea o en pozos, dijeron los investigadores del CSE.
El aumento del calor también puede provocar una desecación de la humedad en los suelos y hará que la tierra se vuelva polvorienta y aumente la necesidad de riego.
En la India, donde la mayor parte de los alimentos se cultivan todavía en regiones de secano (regadas por la lluvia), ello intensificará la degradación de la tierra y la formación de tazones de polvo.
Esto significa que la gestión del agua debe ir de la mano de la planificación de la vegetación para mejorar la capacidad de los suelos de retener agua, incluso en épocas de calor intenso y prolongado.
Asimismo, el calor hará que aumente el uso del agua, desde el consumo y el riego hasta la lucha contra los incendios en los bosques o los edificios.
La demanda del líquido aumentará con el cambio climático, lo cual hace más imperativo no desperdiciarlo.
También, el cambio climático se manifiesta en términos de aumento de los eventos de lluvia extrema, y el ciclo de inundaciones seguido de sequías será aún más intenso.
India ya tiene menos días de lluvia al año y sólo precipita una media de 100 horas anuales, y ahora los días de aguaceros se reducirán aún más, pero los de lluvia extrema aumentarán.
Esto impacta en los planes del país de gestión del agua y por ello se tiene que pensar más en la gestión de las inundaciones, no sólo para embalsar los ríos, sino para optimizar las aguas de las inundaciones, de modo de almacenarla en acuíferos subterráneos y superficiales, como pozos y estanques.
También, significa planificar de forma diferente la captación del agua de lluvia, pues actualmente las estructuras hidráulicas están diseñadas para precipitaciones normales.
Los estudiosos concluyen que en esta época de crisis climática se debe planificar la captación de hasta la última gota, no sólo de lluvia sino también del agua de las crecidas.
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