A diferencia de los siete minutos de comparecencia en cadena nacional autorizados a los promotores del Sí, el jefe de gobierno soslayó realizar una intervención equitativa y se benefició de una conferencia de prensa de alrededor de una hora.
Su intervención consistió en un recuento de la gestión ejecutiva frente a la pandemia y en abogar por los más criticados contenidos de la LUC en seguridad pública, educación, restricción de derechos de huelga, alquileres y regla fiscal.
Entre las únicas seis preguntas formuladas, respondió que de ganar el Sí “no será lo mismo”, pero de imponerse el NO se impulsará en el parlamento otras controversiales leyes, incluido el rechazado proyecto de reforma social.
La exvicepresidenta Lucía Topolansky calificó de desequilibrado que el mandatario optara por una conferencia de prensa, lejos de precedentes como Julio María Sanguinetti y Luis Lacalle Herrera, quienes en anteriores referendo más importantes hicieron lo contrario.
Dirigentes y ministros de la coalición de partidos de derecha se movilizaron en actos públicos antes de la veda electoral para lanzar sus últimos ataques argumentales contra el Frente Amplio y la central sindical Pit-Cnt, principales actores en la recolección de 800 mil firmas para habilitar el referendo del 27 de marzo.
Un sondeo de la Usina de Percepción Ciudadana realizado entre el viernes 18 y martes 22 arrojó que un 39 por ciento respondió estar convencido de votar el Sí y un cuatro se inclina levemente, mientras un 36 se manifiesta con firmeza por el No y un siete sin convicción.
A su vez el porcentaje de indecisos registró una gradual caída en las últimas semanas, pero todavía hay un 10 por ciento sin definir su voto.
El presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, comentó que “si el resultado es parejo como creo que es, independientemente del resultado nos tenemos que sentar a buscar consensos que puedan posibilitar leyes que tengan mayores apoyos que apenas una mitad”, en lo que describió como una mesa amplia.
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