Odalys Troya Flores
Corresponsal de Prensa Latina en Colombia
Así lo afirmó el profesor Francisco Toloza, de la Universidad Nacional, en entrevista con Prensa Latina al valorar el escenario en el cual transcurre el proceso comicial en esta nación suramericana.
El régimen político colombiano se sustenta en un sistema electoral enrevesado que tiene aparentemente tres cabezas: la Registraduría Nacional, el Consejo Nacional Electoral (CNE) y la Sección Quinta del Consejo de Estado, cuyos laberintos están justamente diseñados para una gran confusión, explicó.
Persigue, además, que los sectores alternativos tengan mayores dificultades en cualquier tipo de reclamo electoral, añadió.
Una vez cerrado el conteo preliminar y avanzado el escrutinio, puntualizó el académico, es ilegal el recuento tal como solicitaron el expresidente y exsenador Uribe y sectores de la ultraderecha con la venia del gobierno.
En su opinión, hubo una actitud autoritaria de la derecha que se negó a reconocer los resultados que le dan ventaja al Pacto Histórico en estas elecciones para renovar la cámara de representantes y el senado del Congreso de la República.
Un recuento de votos no era solo inconveniente, sino ilegal, enfatizó el pedagogo a Prensa Latina.
Detalló que la cadena de custodia de los votos se perdió el pasado sábado, y el registrador Alexander Vega anunció el lunes su intención de proponer ante la Comisión de Garantías el reconteo después de la manifestación de Uribe, líder del partido Centro Democrático.
“Lo que hay que hacer es proclamar a los senadores y representantes a la Cámara, terminar el escrutinio y entregar las credenciales prontamente para no afectar el calendario con miras a las presidenciales del 29 de mayo”, precisó Toloza.
En Colombia lo inusitado no son las irregularidades, denunciadas desde el primer día del pre- conteo de los sufragios, lo inusitado es que por primera vez hubo un sujeto político con capacidad de hacer veeduría, de dar seguimiento a estas irregularidades como las denunciadas en los consulados y en las mesas en el país, comentó.
Esas anomalías, dijo, vienen ocurriendo desde hace mucho tiempo, particularmente en los últimos 20 años del uribismo en Colombia, aseguró.
Por primera vez, recordó, se logró tener un despliegue importante, testigos electorales, de gente comprometida, con un proyecto alternativo que denunció las alteraciones en las mesas de votación, y se pudo revertir en parte.
Para Toloza, este proceso se está haciendo en medio de la ausencia de garantías en términos de seguridad, de guerra jurídica contra el candidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro, además de una disparidad monumental frente a la financiación de campaña, entre otros aspectos que deben ser tenidos en cuenta para una urgente reforma electoral.
“Yo creo que lo que pomposamente los áulicos de Washington llaman la democracia más antigua de América está quedando desnudada en esta coyuntura”, enfatizó.
Y es que, subrayó, el registrador es un apéndice de los partidos de la derecha, es un hombre que viene del Partido de la Unión por la Gente o Partido de la U como es usualmente llamado, que hizo política en el Consejo Nacional Electoral, que sus padres estuvieron vinculados con un fraude electoral en el departamento El Vichada.
“Esa es la clase electoral supuestamente independiente que se tiene en Colombia”, aseveró el también politólogo y analista.
Entonces lo que trata de hacer la derecha con Uribe a la cabeza es, prácticamente, decir que no es posible que la izquierda gane por la vía pacífica, por la vía de las elecciones, en este país, opinó.
O sea, que si Colombia decide votar como votó Chile a favor de sectores alternativos, estos resultados podrían declararse espurios por parte de los sectores reaccionarios, muy seguramente con el apoyo y el guiño de más de un país del continente, abundó.
“Duele que el registrador y el gobierno nacional no se inmuten frente a la denuncia sistemática hecha por sectores alternativos y que cuando la derecha gime, salga en su auxilio”, dijo al referirse a las denuncias del Pacto sobre irregularidades en su contra desde el mismo domingo de las elecciones.
En tanto, acotó, en cuanto Uribe vio el avance de los sectores alternativos, progresistas y de izquierda aglutinados en el Pacto Histórico, protestó, y el gobierno se puso a su favor.
ESCENARIO CON MIRAS A PRESIDENCIALES DE MAYO
Hay que exigir una veeduría y un acompañamiento internacional a las jornadas de mayo, no solamente a las votaciones y al escrutinio, sino a todo el proceso de campaña que está profundamente enrarecido en este país, alertó.
“La gran noticia en Colombia no es el fraude, porque lamentablemente el fraude y la falta de pulcritud y transparencia electoral son la constante en este país”, recalcó.
La novedad es el triunfo del Pacto Histórico con la bancada más grande en el senado y con la segunda bancada más grande en la cámara de representantes, resaltó Toloza.
Asimismo, señaló que la crisis en la cual el gobierno de Iván Duque ha sumergido aún más al pueblo, una crisis cebada por más de 20 años en las dimensiones política, económica, en lo humanitario, y en lo diplomático, está haciendo metástasis.
En medio de ella, la derecha no ha logrado posicionar con fortaleza sus alternativas como se hizo en otros momentos, sobre todo al inicio del siglo, consideró. Si no hay una veeduría internacional, sino hay un posicionamiento de los movimientos sociales, alternativos, de los países amigos de la paz y la democracia de Colombia, se puede estar preparando ya un gran fraude electoral, que se puede estar generando desde menos garantías a las exiguas existentes, aseguró Toloza.
Por lo tanto, dijo, es necesario un llamado de alerta para garantizar la decisión de la mayoría de los colombianos tal como se expresaron en las elecciones del 13 de marzo.
“Hoy Gustavo Petro aventaja holgadamente en todas las encuestas, y en la encuesta más importante, la consulta interpartidista celebrada el día de las elecciones donde el Pacto Histórico se convirtió en la primera fuerza política del país, y su líder el candidato más votado”, destacó.
Esperemos, auguró el analista, que los contubernios y las alianzas políticas entre los partidos tradicionales no traten de violentar la decisión de las mayorías y Petro alcance a ganar en la primera vuelta, lo cual se sustenta en exigir plenas garantías electorales.
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