“Animaron a las autoridades de Kiev a sabotear el paquete de medidas de Minsk sobre la resolución pacífica de la situación en el este de Ucrania”, indicó Lavrov en una reunión del consejo de administración de la Fundación Gorchakov de Apoyo a la Diplomacia Pública.
El canciller ruso advirtió que ese documento se convirtió en parte del derecho internacional al ser aprobado por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, reportó la agencia de noticias TASS.
En su opinión, el aumento de la política rusófoba estuvo relacionado con el apoyo de Washington y la OTAN al Gobierno de Kiev para convertirlo en una herramienta de contención no solo de Rusia, sino de todo lo ruso.
Llamó la atención sobre como esa estrategia fue acompañada por leyes para prohibir el uso de la lengua rusa en la educación, en los medios de comunicación y en la vida cotidiana.
El jefe de la diplomacia de Moscú denunció que las autoridades de Kiev hicieron lo posible porque se desarraigaran todas las raíces rusas en el país, “nuestra historia común de los pueblos ruso y ucraniano”.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, en el sureste de Ucrania, le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
El presidente ruso, Vladimir Putin, en un discurso para informar sobre el inicio de la operación, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
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