La urbe, de unos 25 mil habitantes, forma parte del conjunto “Asís, la Basílica de San Francisco y otros lugares franciscanos”, reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y el Deporte como Patrimonio de la Humanidad debido a sus excepcionales valores históricos, artísticos y arquitectónicos, en un ambiente de singular belleza natural y con raíces romanas y medievales.
Un sitio único en el mundo por la continuidad entre ciudad-santuario hasta el presente, representada en el paisaje cultural, los conjuntos religiosos, sistemas de comunicación y el uso tradicional de la tierra, reconoció la entidad internacional.
Aunque hallazgos arqueológicos ubican en el Neolítico la presencia humana en el territorio actual, con asentamientos posteriores entre los siglos IX y VIII antes de nuestra era, Asís adquirió relevancia como importante centro económico y social del Imperio romano al devenir municipio en el año 89, previo al nacimiento de Jesús.
Las murallas ciudadanas, el foro (hoy Piazza del Comune), un teatro, el anfiteatro y el templo de Minerva (actualmente transformado en la Iglesia de Santa María sobre Minerva) muestran los vestigios romanos en dicho sitio.
Allí nació san Francisco (1181-1226), fundador de la orden religiosa de los franciscanos, a quien fue consagrado en 1253 el santuario en torno al cual gira la vida de la urbe y en cuya cripta descansa su cuerpo.
A Elías, uno de sus discípulos, se le atribuye el diseño del edificio, concebido en dos partes: la basílica inferior, baja y oscura, y la superior, espaciosa y luminosa, contrastantes que simbolizan las vidas de penitencia y gloria.
El papa de entonces, Gregorio IX, colocó la primera piedra para la construcción de la iglesia el 16 de julio de 1228, al otro día de ser canonizado el santo patrono de Italia, quien eligió ser enterrado en la colina inferior de Asís.
Allí, cuenta la historia, eran realizadas las ejecuciones y enterraban a los malhechores, razón por la que el templo fue levantado en ese lugar.
Las pinturas del siglo XIII, atribuidas a Cimabue, Pietro Lorenzetti, Simone Martini y Giotto, representativas de la vida del santo, junto a la propia basílica que las acoge, son consideradas obras maestras del arte medieval, que hacen de esta ciudad un referente del desarrollo de las artes y la arquitectura en Italia y Europa.
Cada año Asís recibe a millones de peregrinos y turistas de todo el mundo por su atracción religiosa, sede del franciscanismo, el diálogo interreligioso y ecuménico.
El actual papa, Jorge Mario Bergoglio, es el único de los 266 pontífices de la Iglesia católica que asumió el nombre de Francisco al ser elegido para desempeñar esa responsabilidad.
(Tomado de Orbe)