Salvo sorpresas de última hora, parece difícil que el bloque de extrema derecha promotor de la moción logre los votos de dos tercios de los legisladores (87 sobre 130) y así lo reconocen los detractores de Castillo.
Uno de ellos, el entrevistador de televisión Mario Ghibellini, quien parecía perder la paciencia cuando el congresista Raúl Huamán, del partido Fuerza Popular (FP), parte del bloque vacador, le dijo que no votará por la vacancia de Castillo.
En días pasados, el influyente legislador de FP Alejandro Aguinaga expresó hace tres días que no había votos suficientes para la vacancia y su compañero de bancada, Ernesto Bustamante, opinó que Castillo debe seguir gobernando.
Ghibellini comentó hoy en el diario El Comercio, buque insignia del apoyo mediático a la campaña por la vacancia, que parece improbable que todos los 76 congresistas que votaron por admitir al debate la moción, apoyen el retiro de Castillo.
En aquella votación, un número significativo de legisladores de posiciones llamadas de centro se sumaron a la extrema derecha, que había quedado aislada frente al rechazo mayoritario, cuando en diciembre de 2021 fue derrotado su primer intento de vacancia.
En la votación preliminar de la nueva moción, muchos de los centristas respaldaron la admisión al debate para escuchar las respuestas de Castillo a los argumentos de los vacadores, que van desde descalificarlo por sus errores y limitaciones hasta acusarlo de corrupción, lo que es investigado.
Según Ghibelini, además, es “sencillamente imposible” que la moción contra el presidente sume los 11 votos que, agregados a los 76 que aprobaron debatirla, logren la meta deseada.
Añadió que todo indica que el gobierno “se encamina a convertirse en un mal endémico”, aunque Jorge Montoya, estelar promotor de la vacancia y quien afirmó hace cinco días que su causa tenía 76 votos asegurados.
Tanto Montoya como el columnista neoliberal Augusto Álvarez creen que puede haber una sorpresa que deje fuera del palacio de gobierno a Castillo y el segundo afirmó que el lunes, al final de la sesión, puede haber un nuevo presidente, aunque la sucesión recaería sobre la vicepresidenta, Dina Boluarte.
Álvarez y Montoya interpretan como nerviosismo y temor a una derrota, los vehementes discursos contra la vacancia, lanzados esta semana por Castillo y el primer ministro, Aníbal Torres, este último con advertencias sobre la inminencia de desestabilización y caos si cayera el mandatario.
En ese contexto, en segundo plano se desarrolla una disputa en torno al envío de tres veedores de la Organización de Estados Americanos a la sesión del lunes, que genera rechazo en parte de los sectores que impulsan la vacancia.
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