«No diré adiós, diré hasta pronto», indica Ribeiro en el borrador de la carta que entregará al presidente Jair Bolsonaro.
En la misiva, el funcionario señala que su vida «ha sufrido una gran transformación» desde la revelación de informes que lo implican en un esquema de favoritismo a pastores (Gilmar Santos y Arilton Moura) dentro del ministerio.
Ante recelos y presiones, Ribeiro admitió que solicita su dimisión, «para que no se cierna ninguna incertidumbre sobre mi conducta y la del Gobierno Federal».
Llamó a investigar sospechas sobre una persona cercana a él que podría estar cometiendo actos irregulares.
En audio obtenido por el periódico Folha de Sao Paulo y en informes del diario O Estado de Sao Paulo, Ribeiro está involucrado en un esquema de beneficiar a los religiosos.
Aunque en la carta intenta apartarse del caso, en una conversación grabada, el ministro consintió que recibió un pedido de Bolsonaro para la liberación de recursos del ministerio para ser dirigidos a municipios vinculados a dos pastores amigos del gobierno.
En la grabación, Ribeiro apunta que se trata de «una petición especial del presidente de la República».
La Comisión de Educación del Senado quería escuchar el jueves al ministro, también pastor de una iglesia presbiteriana.
Inicialmente la solicitud del senador Randolfe Rodrigues, aprobada en el colegiado, hablaba de convocar al funcionario, pero, ante el dictamen de apelación del asambleísta Wellington Fagundes, el pedido se transformó en una invitación.
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