Representantes de la ONU y la iglesia visitaron conjuntamente la citada demarcación fronteriza con Venezuela ante la preocupación por el recrudecimiento de la violencia donde en los primeros meses del año murieron asesinadas 130 personas y más de tres mil fueron desplazadas forzosamente.
Durante la visita, se reunieron con autoridades, miembros de la sociedad civil y organizaciones de derechos humanos, y se solidarizaron con las comunidades, víctimas, organizaciones sociales e instituciones que padecen la situación de violencia en la región.
De acuerdo con un comunicado de la ONU, la delegación destacó la importancia de fomentar diálogos asertivos y respetuosos y la necesidad de crear y fortalecer espacios institucionales que permitan dar respuesta a la situación humanitaria y proteger a la población civil.
Además, el fortalecimiento de las políticas de prevención de la violencia y de la estigmatización, y de impulso de la implementación del acuerdo de paz en el departamento.
Todo ello requiere de una institucionalidad fortalecida que lidere procesos de inversión social de apoyo a víctimas y de generación de oportunidades para todas las personas en Arauca.
Los representantes del Sistema de las Naciones Unidas y de la Iglesia reiteraron su compromiso de continuar trabajando para contribuir a que se mejore la situación en Arauca, e hicieron un llamado a los grupos armados a un cese inmediato de la violencia y a respetar el Derecho Internacional Humanitario.
También instaron a las autoridades a garantizar espacios de diálogo y mecanismos eficaces para la protección de la vida y de la integridad de quienes habitan el departamento.
La misión estuvo integrada por el representante especial del secretario general y jefe de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu; la Coordinadora Residente de Naciones Unidas en Colombia, Mireia Villar Forner; la representante en Colombia de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Juliette De Rivero.
También, por monseñor Héctor Fabio Henao, director del Secretariado Nacional de la Pastoral Social; y monseñor Jaime Cristóbal Abril González, obispo de Arauca.
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