El portavoz de la policía nacional, Chhay Kim Khoeun, dijo a la prensa que las autoridades trabajarían con sus homólogos tailandeses una vez que recibieran una solicitud formal.
Necesitamos cooperar porque somos países vecinos y también miembros de la misma policía de la Asean, señaló refiriéndose a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.
Seguidamente, explicó que el delito implica confinamiento y trata de personas, y los cruces fronterizos ilegales, por lo que se requieren cooperación.
Hace dos semanas, 35 grupos de la sociedad civil pidieron al gobierno camboyano que abordara la crisis de “trabajos forzados, esclavitud y tortura” después de advertencias recibidas de las embajadas de Indonesia, Vietnam, Tailandia, Pakistán y China.
Los informes indicaron que miles de personas, en su mayoría ciudadanos extranjeros, habían sido secuestradas o engañadas para que aceptaran trabajos en Cambodia.
No obstante, en este caso una fuente de la Oficina de Inmigración indicó que no todos los tailandeses empleados por pandillas de centros de llamadas habían sido engañados y obligados a trabajar allí.
Según sus fuentes, más del 90 por ciento de los tailandeses cruzaron la frontera con Cambodia por su propia voluntad y aceptaron trabajar para las pandillas.
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