Pese a que los precios del combustible se dispararon, la mayoría de los gobiernos evitan tomar una medida que temen pueda sea impopular, destacó este miércoles, una información de la agencia Euronews.
Cada kilovatio-hora cuenta, dijo el miércoles el ministro alemán de Economía, Robert Habeck, al declarar una «alerta temprana» sobre una posible emergencia en el suministro de gas.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE), que tiene sede en París, dijo que, cuando son a gran escala, los pequeños cambios de comportamiento pueden reducir considerablemente la demanda por gas y petróleo.
Calcula que bajar los termostatos de los edificios de la Unión Europea en dos grados centígrados ahorraría 20 mil millones de metros cúbicos de gas, lo que equivale a unos 28 mil millones de dólares a precios actuales.
Esto supone el 13 por ciento de los 155 mil millones de metros cúbicos que los 27 países compran cada año a Rusia, que a su vez representa el 40 por ciento del gas que consume la Unión Europea.
Suecia, Francia, Italia, Alemania y Reino Unido también anunciaron este mes medidas para abaratar la gasolina después de que el crudo alcanzó su precio más alto desde 2008, lo que suscitó críticas de activistas que dicen que las medidas son subvenciones a los combustibles fósiles.
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