Según cálculos oficiales, el incremento del 54 por ciento autorizado por el ente regulador de la energía (Ofgem) en febrero pasado afectará a 22 millones de hogares.
En total, la tarifa anual subirá en unas 693 libras esterlinas (940 dólares), pero podría aumentar aún más en octubre, cuando la Ofgem revise de nuevo los precios.
La entidad estatal justificó la decisión de autorizar a las compañías proveedoras a elevar el precio de sus servicios, que según los pronósticos sumirá a un cuarto de las familias del país en la ´pobreza energética´, con el incremento de los precios globales del gas y el petróleo.
Además del aumento de la tarifa energética, a partir de este viernes comenzará a aplicarse el alza impositiva sobre las contribuciones a la seguridad social y la tasa municipal sobre las viviendas.
Para tratar de paliar la crisis, el gobierno conservador anunció que ofrecerá préstamos a los sectores de menos ingresos, rebajó cinco peniques al precio del combustible y amplió el umbral de los exentos de cotizar a la seguridad social.
El líder del opositor Partido Laborista, Keir Starmer, calificó este viernes de “patética” la respuesta dada por las autoridades al alto costo de la vida, y reiteró que el único plan viable es aplicar un impuesto único sobre las ganancias de las compañías petroleras que operan en el Mar del Norte.
Esas empresas han obtenido más beneficios de lo que esperaban debido al aumento de los precios globales, por lo podríamos usar el dinero procedente de ese impuesto para reducir la tarifa energética de las personas más necesitadas, afirmó.
De acuerdo con Starmer, mucha gente en el país teme encender la calefacción o la ponen en apenas 12 grados porque creen que no podrán pagar la factura.
Días atrás, el tanque pensante Resolution Foundation alertó que más de mil 300 millones de personas en Reino Unido, entre ellos 500 mil niños, podrían caer en la pobreza absoluta como resultado del incremento en el costo de la vida.
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