Tras conocerse que los votos por el Si representaron un 48,8 por ciento y del No ganador un 49,8, pero beneficiado por un 1,3 de votos en blanco, el presidente de la nación, Luis Lacalle Pou, opinó que fue “un calco del balotaje electoral, de 2019” y reconoció la existencia de dos visiones de país.
Su socio de la coalición gobernante, el senador y líder de Cabildo Abierto, Guido Manini, fue más lejos y evaluó que la estrecha diferencia tiene que ser una señal para entablar un diálogo mayor con la oposición, el Frente Amplio, y encontrar soluciones a los problemas en clave de “política de Estado”.
Además advirtió a los restantes integrantes del Ejecutivo multipartidista de derecha que, de no cumplir las promesas electorales en trabajo y clima de seguridad, “estos bloques tan parejos pueden cambiar perfectamente la correlación” ya que el referendo “nos dio un baño de realidad”.
El politólogo y encuestador Oscar Bottinelli sostuvo que el presidente Lacalle “no salió bien parado” de la consulta popular, más bien debilitado, al igual que la coalición de partidos que lidera.
La Mesa Política del Frente Amplio de Uruguay inició un proceso de reflexión sobre lo cual reafirmó la presencia de dos mitades de electores.
El presidente de la fuerza de izquierda, Fernando Pereira, destacó que el resultado constituye un “espaldarazo” para los militantes porque mostró que la LUC “no tiene consenso popular”, e implicó un avance movilizador enorme.
Al final de la semana, organizaciones uruguayas que integraron la comisión por el Sí para derogar dicha legislación convergieron en fortalecer la agrupación Intersocial y avanzar hacia un próximo Congreso del Pueblo.
El dirigente gremialista del combustible, Gerardo Rodríguez, uno de los propulsores de la recolección de firmas para el referendo, alertó sobre desafíos por delante como la cuestionada reforma de la seguridad social.
A este respecto, el exministro de Trabajo de Uruguay Ernesto Murro alertó sobre las consecuencias negativas para los jubilados de la reforma de la seguridad social promovida por el gobierno.
En este contexto los uruguayos de bajos ingresos experimentaron inquietud e incertidumbre por aumentos de precios de la canasta básica y la falta de suficientes medidas paliativas por parte del gobierno, reducidas a suspensión temporal de impuestos a carnes con huesos para asados y panificados y fideos.
Mientras el Instituto Nacional de Estadística constató que la pobreza creció en el segundo semestre y afectó mayoritariamente a la franja de menores de seis años de edad.
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