En una audiencia pública en la Comisión de Educación de esa asamblea, las autoridades ratificaron que la intermediación fue realizada por los pastores Arilton Moura y Gilmar Santos, vinculados al Ministerio de la Iglesia Cristo para Todos, de Goiânia, capital del estado de Goiás.
Acusaciones aparecidas en la prensa provocaron la caída el 28 de marzo del exministro de la cartera de Educación Milton Ribeiro, quien también es pastor protestante.
Ribeiro es objeto de una investigación por favorecer supuestamente la liberación de recursos para regiones a través de la intermediación de dos pastores amigos del gobierno de Jair Bolsonaro.
Según el informe del alcalde Gilberto Braga, del municipio Luís Domingues, en el estado de Maranhão (nordeste), fue buscado en abril del año pasado, cuando estaba en Brasilia para asistir a un evento en el ministerio con la presencia de Ribeiro y varios corregidores.
Un grupo de 20 a 30 personas fue a comer a un restaurante y allí Braga señaló que fue interrogado por Moura sobre las demandas del municipio.
El pastor pidió el pago de 15 mil reales (unos tres mil dólares) «para presentar la solicitud» en Educación.
De igual manera, tras la liberación de los recursos, el religioso habría dicho que el alcalde debería darle «un kilo de oro».
Ante la petición, Braga añadió que no dijo «ni sí ni no» y se fue a comer. Comentó que no se realizó el pago ni se liberaron las demandas.
Otro alcalde, Kelton Pinheiro, del municipio Bonfinópolis, en el estado de Minas Gerais (sudeste), también corroboró a los senadores detalles de una situación similar.
Apuntó que Moura y Santos cobraron un soborno de 15 mil reales para permitir la construcción de una escuela con 12 aulas, en el distrito.
De acuerdo con las denuncias, aún sin cargos formales, los pastores tenían libre tránsito en Educación y mediaban en las peticiones de los municipios con Ribeiro.
En audio obtenido por el periódico Folha de Sao Paulo y en informes del diario O Estado de Sao Paulo, el exministro está involucrado en un esquema de corrupción.
Aunque en una carta intenta apartarse del caso, en una conversación grabada, Ribeiro consintió que recibió un encargo de Bolsonaro para liberar recursos y dirigirlos a municipios vinculados a dos religiosos.
En la grabación apunta que se trata de «una petición especial del presidente de la República».
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