Citó a los principales líderes que, en su reunión de ayer para anunciar que votarían en contra de la reforma invocaron a la inversión extranjera que es la que están defendiendo, aunque no lo dijeron tan descarnadamente porque temen hacerlo tan abiertamente, expresó.
La prensa aliada destacó paralelamente las declaraciones de una funcionaria de Estados Unidos, según la cual las empresas de ese país perderán 10 mil millones de dólares si se aprueba la reforma, señaló.
Dijo tener información que muchos legisladores del PRI, e incluso del conservador PAN, no están de acuerdo con votar para proteger a las empresas extranjeras y a particulares.
El presidente confío «en que voten libremente y se rebelen y llamo a eso, para que rehúsen y sean auténticos representantes populares y no empleados de interés particulares ni traidores a la patria».
Recordó la grave crisis económica de 1994/95 cuando el entonces presidente Ernesto Zedillo asumió el cargo dejado por Carlos Salinas de Gortari, quien dejó el país a las puertas de la crisis económica llamada Efecto Tequila que fue propia de México, no importada.
A Salinas de Gortari se le reconoce como iniciador de la privatización y entrega de los recursos mexicanos al capital extranjero, pero Zedillo continuó esa política neoliberal desarrollada por los sucesores hasta llegar a Enrique Peña Nieto.
Zedillo ideó un plan de rescate del gran capital a un costo supuestamente de 125 mil millones de pesos (seis mil 200 millones de dólares al cambio actual), pero se montó en casi 20 mil millones y terminó en 40 mil millones de dólares que todavía están pagando.
Todos se pusieron de acuerdo como ahora para votar las reformas del periodo neoliberal, la energética, la fiscal, educativa, para favorecer a extranjeros, y en este momento vuelven a lo mismo, expresó el presidente.
Algo parecido, añadió, lamentablemente está sucediendo en el Poder Judicial, donde hay magistrados a favor de planteamientos de los legisladores y líderes entreguistas del PRI y el PAN contra la nueva ley eléctrica que, además, ampara el litio.
Cuando no hay ideología, ni principios, ni doctrinas sino lucha por el poder, todo es fanatismo ramplón, y es lo que sucede en esos partidos, dijo López Obrador.
Ojalá el PRI revisara su historia desde 1929 y su momento de gloria en 1938 con la nacionalización del petróleo, opinó.
Les sugirió recordar que un año después de la acción de Lázaro Cárdenas surgió el conservador Acción Nacional para oponerse a la política patriótica del general y ahora el PRI se une a ellos en contra de aquellos ideales revolucionarios a favor del pueblo.
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