Generación de empleos, reactivación económica y poblaciones en necesidad constituyeron los asuntos que conversaron Chaves y Figueres, tras una campaña proselitista llena de ataques personales, que ahora el presidente electo llamó a dejar atrás los odios y resaltó los puntos en común de sus partidos políticos.
Chaves, por el joven Partido Progreso Social Democrático (PPSD, creado en 2018), ganó el balotaje presidencial de este domingo con el 52,84 por ciento de los votos válidos emitidos, mientras el exmandatario Figueres (1994-1998), del Partido Liberación Nacional, obtuvo el 47,16 por ciento.
Tras casi una hora de diálogo en su casa de habitación en esta capital, en declaraciones a la prensa Chaves señaló «guardemos los odios, no hay tiempos para vanidades. Aquí hoy hay una enorme mayoría del pueblo reunido. Es un enorme orgullo ser tico».
Comentó que conversaron sobre la necesidad urgente de reactivación económica, de una agenda colaborativa, de la inclusión pendiente de grupos como discapacitados, poblaciones indígenas y adultos mayores.
De su parte, Figueres refirió que solicitó la reunión con el presidente electo y vino en representación de los más de 900 mil costarricenses que lo respaldaron a felicitar al mandatario electo y a ponerse a su disposición para trabajar por Costa Rica.
«A lo largo de toda la campaña hablamos de la importancia de buscar puntos de coincidencia, de convergencia, sobre una agenda común, y queremos ratificarle al señor presidente que está es una primera muestra de que esa es, hoy y siempre, nuestra voluntad», indicó.
Debido a que el PPSD tiene solo 10 de los 57 diputados a la Asamblea Legislativa, necesita alianzas para cumplir su plan de gobierno y de ahí el acercamiento con el PLN, que posee la mayor bancada, con 19 curules.
Y aunque Chaves utilizó en su campaña proselitista un lenguaje antisistema, en el discurso del triunfo este domingo, prometió gobernar de manera democrática y con respeto a la Constitución Política.
Dijo que en esta nueva etapa no cabe el revanchismo y destacó que acepta la advertencia de los costarricenses que se abstuvieron (poco más de 1,5 millones) de participar en esta segunda ronda, al cual calificó de partido más grande del país.
Ahora, resaltó, nos toca cumplir y no se vale fallarle a Costa Rica.
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