La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció que el lema de este año será “Nuestro planeta, nuestra salud” para instar a las personas, las comunidades, los gobiernos y las entidades de todo el mundo a compartir sus historias sobre las medidas que están adoptando para proteger la Tierra.
Ese ente sanitario llamó a los gobiernos a priorizar el bienestar humano a largo plazo y la estabilidad ecológica en todas las decisiones, así como mantener los combustibles fósiles bajo tierra y detener las nuevas prospecciones o proyectos relacionados con combustibles fósiles.
A fin de velar por la salud humana, resulta imprescindible aplicar políticas de producción y uso de energías limpias, reinvertir las subvenciones en la salud pública e incentivar la reducción del carbono.
Otro aspecto necesario, resaltó la organización, es aplicar las directrices de la OMS sobre la calidad del aire para reducir la carga de morbilidad derivada de los accidentes cerebrovasculares, las cardiopatías, el cáncer de pulmón y las enfermedades respiratorias tanto crónicas como agudas, incluida el asma.
Los esfuerzos gubernamentales y sanitarios deben estar enfocados también en garantizar agua limpia y segura, apoyar la compra de productos respetuosos con el medio ambiente que sean fácilmente reciclables o reutilizables para las instituciones hospitalarias y abogar porque la salud sea el centro de las políticas sobre cambio climático.
Datos de la Organización Panamericana de la Salud refieren que en décadas recientes los progresos en los servicios de salud, la protección del medio ambiente, el desarrollo económico y otros factores permitieron mejorar la salud de las personas en toda la región de América.
“Sin embargo, se estima que un millón de personas mueren en forma prematura cada año por cuestiones atribuibles a riesgos ambientales conocidos y evitables”, publicaron ambas entidades.
La contaminación del aire y el agua, el saneamiento inadecuado -incluida la gestión de residuos sólidos-, los riesgos relacionados con ciertos productos químicos peligrosos y los efectos negativos del cambio climático son las amenazas ambientales más apremiantes para la salud pública en América.
Esos problemas se ven agravados por una gobernanza en salud débil y las posibles desigualdades de acceder a los servicios hospitalarios, así como el limitado liderazgo, experiencia y recursos del sector en el ámbito de la salud ambiental. Cada 7 de abril se conmemora el Día Mundial de la Salud con motivo del aniversario de la fundación de la OMS en 1948.
La celebración de esta jornada internacional se lleva a cabo desde 1950 y en los últimos años las campañas de la organización se enfocan en fomentar que la sanidad llegue a todos los rincones del planeta, para posibilitar el acceso a la atención sanitaria en el seno de las comunidades y las familias.
jf/cdg