“Será bastante problemático sustituir nuestro carbón de inmediato, dadas sus características cualitativas. Por lo tanto, la transición, como mínimo, se retrasará, además, el propio carbón será significativamente más caro debido a la logística”, citó el canal de Telegram de la cartera de Energía.
Shulguínov expresó que el carbón de las empresas rusas será reorientado hacia mercados alternativos, declaración con la que coincidió este viernes el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, en encuentro con la prensa.
También el viceprimer ministro Alexander Novak comentó que Moscú podría reorientar las exportaciones de ese producto a los países de Asia y el Pacífico a través de las capacidades libres de los puertos de los mares Negro y Báltico.
Aclaró que de todas formas a algunos países de la UE les resultará difícil renunciar a los suministros de carbón ruso de la noche a la mañana.
Este jueves los ministros de Asuntos Exteriores del bloque comunitario aprobaron un quinto paquete de medidas coercitivas contra Rusia, el cual incluye nuevas restricciones a personas e instituciones financieras.
Además, establece un embargo a las importaciones del carbón de este país a partir de agosto próximo y le corta el suministro de productos de alta tecnología.
Las nuevas acciones implican restricciones comerciales por valor de unos 23 mil 500 millones de euros, y establecen también la prohibición del transporte de mercancías por carretera, las entradas de buques a puertos rusos y congela los activos de cuatro bancos previamente excluidos del sistema de pagos Swift.
La base de datos Castellum.AI apuntó que desde mediados de febrero pasado y, sobre todo, luego del inicio de la operación militar especial rusa en Ucrania, el día 24 de ese mes, fueron activadas más de cuatro mil 350 nuevas medidas restrictivas en relación con Rusia, en adición a más de dos mil 750 que ya estaban en vigor.
Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia, Japón y los países de la Unión Europea impusieron nuevas sanciones a Rusia a raíz de la operación militar en Ucrania iniciada el pasado 24 de febrero, apuntando a sectores clave del comercio, las finanzas, la energía, las exportaciones, la aviación y el espacio.
Las restricciones incluyeron la desconexión parcial de numerosos bancos rusos de la plataforma de pagos Swift, el cierre del espacio aéreo para sus aerolíneas, la paralización de las reservas internacionales del Banco Central de Rusia y el embargo a las compras de petróleo por Washington.
También fueron ampliadas al presidente Vladímir Putin, al canciller Serguéi Lavrov, así como a otros altos funcionarios y empresarios del país, afectando sus propiedades, negocios y la posibilidad de viajar a muchos países.
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