Informó que, según fuentes confirmadas, el SBU pretende llevar los cuerpos de los muertos en esa localidad por los bombardeos de la artillería ucraniana, desde la morgue del hospital, en la calle Polevaya, hasta el sótano de un edificio en las afueras de la ciudad.
El portavoz del ente militar ruso, Ígor Konashénkov, detalló que los agentes ucranianos prevén escenificar una acción en la zona del bosque Puscha-Voditski, con disparos y la eliminación de un supuesto grupo de reconocimiento enemigo que llegó a Irpén “para matar a los testigos de los crímenes de guerra” de Moscú.
Explicó que para eso utilizarán los cuerpos de los militares rusos capturados y asesinados por los nacionalistas, los que presentarán como evidencias de los hechos en el bosque.
“Esta cínica acción escenificada está organizada para la posterior distribución de vídeos a través de los medios de comunicación occidentales”, subrayó Konashénkov.
La víspera, el Ministerio de Defensa ruso desmintió las acusaciones en su contra por un ataque con misil Tochka-U a la estación de trenes de la ciudad de Kramatorsk, en la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD), que provocó la muerte de 50 personas.
Informó que el ataque a Kramatorsk fue perpetrado por una división de las Tropas de Misiles ucranianas desde la localidad de Dobropolie, situada a 45 kilómetros de la urbe, zona que sigue controlada por las unidades de Kiev.
“El análisis del radio de explosión de la ojiva, así como la posición característica de la carcasa de la cola del misil Tochka-U, confirman claramente que fue lanzado desde la dirección suroeste de Kramatorsk”, indicó.
Según el ente militar, los misiles tácticos Tochka-U, cuyos restos fueron descubiertos cerca de la estación de trenes, solo son usados por las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Explicó que el objetivo del atentado fue evitar “la salida masiva de residentes de la ciudad para usarlos como escudos humanos y así defender posiciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania, como en muchas otras localidades” del país.
Recordó que el pasado 14 de marzo, otro misil igual de las fuerzas ucranianas cayó en el centro de la ciudad de Donetsk, matando a 17 personas en el acto e hiriendo a otras 36.
La pasada semana, las autoridades de Kiev difundieron imágenes de civiles asesinados en las calles de la ciudad ucraniana de Bucha, hechos de los que culparon también a las tropas rusas.
Moscú calificó el caso como una provocación y denunció que se trataba de otra escenificación montada para los medios de comunicación, como ocurrió en Mariúpol con la maternidad, así como en otras ciudades.
Aclaró que todos sus militares abandonaron esa ciudad el 30 de marzo, mientras las fotos y videos fueron difundidos cuatro días después, luego que los miembros del Servicio de Seguridad ucraniano y la televisión local llegaron a esa localidad.
Se conoció también que el 31 de marzo, el alcalde de esa ciudad, Anatoli Fedoruk, confirmó en un mensaje de vídeo que no había soldados rusos en la urbe y no mencionó la existencia de cadáveres de residentes locales en las calles.
El canciller, Serguéi Lavrov, calificó el hecho de “falso atentado” con el que Ucrania y Occidente intentaron demonizar al Ejército ruso y dinamitar las negociaciones entre ambos países.
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