Esta vez la Plataforma Animalista pidió a los organizadores que al menos se prohibiera esa actividad delante de los niños, además del habitual reclamo de análisis de cortisol en los caballos para evaluar el nivel de estrés y sufrimiento.
La directora de Cultura de la Intendencia, María Inés Obaldía, declaró que trasladó esa inquietud al Instituto de la Niñez y Adolescencia de Uruguay (INAU), del que obtuvo una respuesta adversa.
El presidente del INAU, Pablo Abdala, afirmó que «las jineteadas, además de representar una tradición, son legales y no vulneran los derechos de los niños” y otorga permisos para la participación de menores como espectadores.
Por el contrario Karina Koka, de Plataforma Animalista, reafirmó el criterio de que la «jineteada» es una situación de maltrato y violencia, cuya prohibición se debe aplicar para esta actividad y para todas las que se desarrollen en relación a los animales.
Desde hace años dejaron de incluirse en los espectáculos circenses en Uruguay, en una creciente tendencia internacional.
Obaldía destacó que desde la Intendencia se controla el buen estado y el cuidado de las tropillas, con la triplicación de la cantidad de veterinarios a cargo, cercas acolchadas y espuelas menos punzantes.
Voceros del animalismo reconocieron una mayor sensibilidad en Montevideo, pero reiteraron denuncias de crueldad en esos eventos en el interior del país, en los que anualmente mueren animales durante el espertáculo.
mgt/hr