“Las sanciones estimulan la recuperación de la industria rusa y proporcionan a nuestra agricultura condiciones favorables para un mayor crecimiento con el fin de alcanzar la plena autosuficiencia alimentaria”, aseguró en declaraciones a la agencia de noticias TASS.
El viceministro de Asuntos Exteriores advirtió que tal situación no implica que el país se cierre al mundo exterior.
Seguimos abiertos al diálogo con las empresas estadounidenses, y muchas se plantean si rompen con el mercado ruso bajo el peso de las presiones de su Gobierno o continúan sus nexos, acotó.
“Es su elección, no retenemos a nadie a la fuerza. Sin embargo, tomamos las medidas necesarias para que, a pesar de la decisión de algunas estructuras empresariales de abandonar nuestro país, sus empresas sigan funcionando. El bienestar de los ciudadanos rusos no debe sufrir”, apuntó.
Riabkov advirtió además que Estados Unidos y Occidente recortan y bloquean oportunidades para las inversiones de sus empresas en valores del Estado ruso para provocar el impago de la deuda del país.
“No solo se apoderaron de parte de las reservas de divisas rusas depositadas en bancos estadounidenses, sino que también están tratando de ordenarnos que paguemos la deuda estatal con los ingresos de exportación, sin ocultar el objetivo de agotar nuestras reservas de divisas”, dijo.
En su opinión, Washington diseña las restricciones antirrusas “con una persistencia maníaca”.
En respuesta a las más de seis mil 300 medidas punitivas aplicadas en la actualidad contra este país, el presidente ruso, Vladimir Putin, decretó el pasado 5 de marzo que las deudas en moneda extranjera se pagaran a países hostiles en rublos.
De acuerdo con la medida, las empresas deudoras o el propio Estado pueden abrir una cuenta en bancos rusos a nombre de un acreedor extranjero y transferirle pagos en rublos al tipo de cambio del Banco Central el día que efectúe la transacción.
Los acreedores de países que no han impuesto restricciones a la nación euroasiática pueden recibir el pago en euros o dólares si el deudor ruso tiene un permiso especial para hacerlo.
Antes, el ministro ruso de Finanzas, Antón Siluánov, dijo que Moscú pagaría su deuda en moneda extranjera solo si se descongelaban sus cuentas en divisas.
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