En una reunión este miércoles dedicada al desarrollo de la zona ártica de Rusia, el mandatario subrayó que esa negativa provocó una verdadera crisis energética.
“Los precios suben en todas partes, la inflación está fuera de escala. Para esos países, no tiene precedentes”, apuntó, según el sitio oficial del Kremlin en Internet.
El jefe de Estado reconoció que el país también se enfrenta a problemas en este sentido, pero «se abren oportunidades alternativas, opciones y nuevas posibilidades para Rusia».
No obstante, advirtió que Rusia puede aumentar el consumo de su petróleo, gas y carbón en el mercado interno, estimular la refinación profunda de materia prima y también incrementar el suministro de recursos energéticos a otras regiones del mundo.
Según datos de la Comisión Europea, el bloque comunitario importa el 90 por ciento del gas que consume y Rusia proporciona más del 40 por ciento de esa cifra. Además, el 27 por ciento de sus suministros de petróleo y el 46 por ciento de carbón también proceden de este país. En días recientes, el portavoz presidencial de este país, Dmitri Peskov, manifestó que un embargo europeo sobre el suministro de petróleo ruso empeorara los balances energéticos de Europa y alterará de forma grave el mercado mundial.
Por su parte, el vice primer ministro ruso Alexander Nóvak vaticinó que el precio del petróleo puede subir a 300 dólares por barril, si los países occidentales se niegan por completo a importarlo de Rusia.
Las restricciones actuales y las amenazas públicas de abandonar el combustible nacional provocaran nuevas movidas, sobre todo hacia China e India, pronosticó el presidente del Instituto de Energía y Finanzas de Rusia, Marsel Sálijov.
“En términos de calidad, el petróleo ruso se adapta bien a las refinerías chinas y, en teoría, podría sustituir hasta tres millones de barriles diarios de crudo de calidad media similar importado por China en otros países”, explicó.
Advirtió que esa solución requeriría la voluntad de Beijing de entrar en conflicto con los países occidentales, que desde ya están criticando a las autoridades chinas por apoyar a Moscú.
Según Sálijov, la alternativa podría ser India, que ya está aumentando sus compras de petróleo ruso. “El principal factor en este caso han sido los descuentos récord, que permiten un aumento importante de la rentabilidad en el refinado para el comprador», comentó el experto.
El especialista de la Consultora Vygon, Iván Timonin, indicó que Rusia exportó 4,8 millones de barriles diarios de crudo y condensado en 2021, de los cuales el 62 por ciento viajó al occidental y el 38 por ciento en dirección contraria.
En su opinión, la reorientación de la industria petrolera rusa hacia el este llevará algún tiempo.
Aclaró que a corto plazo no es tan complicado: se trata de firmar nuevos contratos de suministro, resolver los problemas logísticos y el fletamento de petroleros; pero a largo plazo, para que funcione bien, será necesario encaminar nuevos proyectos de oleoductos, lo que significa años de más trabajo.
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