Los mapas de vulnerabilidad resultantes revelan que los puntos críticos de colisión se concentran particularmente a lo largo de las costas y cerca de los lugares de reproducción, precisa la revista Journal of Applied Ecology.
Estos -argumenta la fuente- incluyen la costa mediterránea occidental de Francia, el sur de España y la costa marroquí, como alrededor del Estrecho de Gibraltar, el este de Rumania, la península del Sinaí y la costa báltica de Alemania.
Los investigadores combinaron los datos de sensibilidad con las ubicaciones de los parques eólicos terrestres y las líneas eléctricas existentes para identificar dónde se encuentran los puntos críticos de vulnerabilidad para estas aves, señala la publicación.
El alto riesgo -aseguran los especialistas-son las áreas con presencia de turbinas eólicas o líneas de energía.
Los datos recopilados por GPS se relacionaron con mil 454 aves de 27 especies, en su mayoría grandes voladoras como las cigüeñas blancas.
«La exposición al riesgo varió según la especie, con la espátula euroasiática, el búho real europeo, el cisne cantor, el águila imperial ibérica y la cigüeña blanca entre los que vuelan constantemente a alturas donde corren el riesgo de colisión», puntualizaron los expertos.
En una etapa temprana podemos evaluar los riesgos para la biodiversidad, y ayudar a limitar el impacto de estos en la vida silvestre, manifestaron los científicos.
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