De acuerdo con el hallazgo de un equipo de científicos, encabezado por el University College de Londres (UCL) y donde participaron además investigadores de Canadá, Estados Unidos y China, desde hace al menos tres mil 750 millones de años ya existían indicios de actividad biológica en el planeta.
La conclusión fue posible tras el análisis realizado a una roca del tamaño de un puño procedente de Quebec (Canadá), con una antigüedad estimada entre los tres mil 750 y cuatro mil 280 millones de años y en la que fueron encontrados previamente diminutos filamentos, perillas y tubos al parecer fabricados por bacterias.
Según los expertos, una investigación más minuciosa reveló un tallo con ramas paralelas en un lado de casi un centímetro de longitud, o sea, una estructura mucho más grande.
Si bien los entendidos estiman que algunas de las marcas presentes pudieran tener un origen químico, la más compleja de ellas parece tener una causa biológica pues esta no se asemeja a ninguna de las producidas por las reacciones químicas, alegaron.
La indagación sugiere, refirieron, que podría haber existido una variedad de vida microbiana en la Tierra primigenia, y tan sólo a 300 millones de años después de la formación del planeta.
Además, acorde con las declaraciones del autor principal, el doctor Dominic Papineau, de la UCL, estos hallazgos tienen implicaciones para la posibilidad de presencia extraterrestre.
“Si la vida es relativamente rápida en surgir, dadas las condiciones adecuadas, esto aumenta la posibilidad de que exista vida en otros planetas», dijo.
Para la investigación, añadió la fuente, fueron seleccionadas rocas del Cinturón Supracrustal Nuvvuagittuq de Quebec, recogidas por Papineau en 2008.
mem/ifs