De acuerdo con el sufragio uninominal, la iniciativa no obtuvo la mayoría calificada al manifestarse en contra 223 diputados de los 498 votos emitidos, todos de la oposición, y nadie se abstuvo, anunció la presidencia de la mesa directiva ya cerca de la medianoche del domingo.
La votación electrónica se produjo después de una maratónica jornada de discursos colmados de epítetos, en una atiborrada Cámara de Diputados con sus 500 curules ocupados, para debatir una histórica reforma eléctrica.
La sesión plenaria comenzó con la presentación del tema: debate y aprobación de la reforma constitucional y aprobación de los artículos 4to, 25, 27 y 28 de la ley de la industria eléctrica, que daba un giro total al sector energético del país, semejante en sus objetivos a su nacionalización en 1960 por el presidente Adolfo López Mateo.
Se sabía de antemano lo que iba a ocurrir, pues de los 334 votos necesarios para aprobarla, la coalición de gobierno solo contaba con 277 y estaba obligada a arrebatarle a la oposición 54 boletas que esta se negaba a facilitar.
La rispidez y apasionamiento del debate corroboró que no se trata de meras discrepancias en torno a los artículos modificados de una ley, sino de algo mucho más profundo y duradero, el encontronazo de dos fuerzas políticas en la interpretación de la soberanía nacional y sus importantes repercusiones en el futuro inmediato del país.
Ignacio Mier, coordinador de Morena, les dijo a los líderes de la oposición que estaban representando a las empresas transnacionales extranjeras y no los intereses de los mexicanos, lo que refutaron los aludidos con mucha fuerza e intentaron desmentir las acusaciones de que estaban dominados por empresarios ligados al sector.
La historicidad del debate, según voceros de Morena, está en la esencia histórica de la reforma propuesta, la cual ha generado precisamente que ambos contendientes, a la antigua usanza de liberales y conservadores, se enzarcen en una discusión de fondo en la cual es imposible mantener puestas las máscaras.
Oficialismo y oposición se juegan su futuro político porque lo que ocurra a partir de ahora en el sector energético en su conjunto, incluido el petróleo y el litio, estará en el centro de los acontecimientos políticos y económicos para bien o para mal de los grupos en pugna, según algunos medios.
El presidente López Obrador explicará en su conferencia de prensa matutina de este lunes en el Palacio Nacional su nueva propuesta de reforma de Ley de Minas, para que el litio no pase a manos de empresas privadas extranjeras ni nacionales.
Observadores cercanos al Congreso dijeron que hay una realidad imposible de soslayar: este gobierno, ratificado en el reciente referendo de revocación de mandato, tiene aun dos años y medio por delante para lograr los propósitos de la reforma eléctrica.
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