En el encuentro, con la asistencia de delegaciones de una veintena de países, entre ellos por primera vez Estados Unidos, nación de destino de la migración irregular y cuyo gobierno aplica políticas discriminatorias en la materia, acordaron establecer mesas de trabajo.
Para el presidente de la República, Laurentino Cortizo, el problema debe enfocarse desde el prisma de la responsabilidad compartida entre países de origen, tránsito -entre los que sobresale Panamá- y de destino, sobre todo Estados Unidos, Canadá y México, en ese orden.
En un mensaje de saludo al foro, el mandatario señaló que “no podemos quedarnos en el discurso ante un problema de esta magnitud, de ahí nuestro compromiso de trabajar en colaboración con los países amigos como aliados estratégicos en la búsqueda de soluciones conjuntas con políticas transversales y acciones concretas”.
A juzgar por lo que se pudo constatar en dos días de sesiones, una buena parte a puertas cerradas, todo indica hacia un escenario en el que enfatizarán en homologar las políticas continentales.
También promovieron la cooperación entre los Estados, los organismos intergubernamentales y los bancos de desarrollo y fondos de ayuda internacionales para atender de manera ordenada, segura y humanitaria los altos flujos migratorios y las causas que los fomentan.
Para la canciller anfitriona, Erika Mouynes, tras la primera cita convocada por Panamá en agosto del año pasado, en esta versión lograron avances para una respuesta sostenible y humanitaria a los altos flujos de migración transcontinental.
La sola presencia del secretario norteamericano de Estado, Antony Blinken; y la del de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, en representación del socio estratégico en esta ofensiva, fue cardinal, señaló a la prensa la diplomática.
También identificaron la urgencia de financiamiento para los llamados Estados afectados por la migración irregular(origen, tránsito y destino).
Además coincidieron en que es decisivo combatir la trata de personas y las bandas delincuenciales que promueven la desinformación y ponen en riesgo la integridad física de los migrantes, víctimas de sus redes de tráfico.
“Estamos resueltos a asegurar la aplicación de la ley humanitaria internacional y desarticular, como hemos hecho hasta ahora, las redes de crimen organizado que se aprovechan de las esperanzas de miles de hombres, mujeres y niños en busca de mejores oportunidades”, según comentó el ministro panameño de Seguridad, Juan Pino.
A la cita en la nación istmeña, a la que acudieron organismos internacionales como la Cruz Roja, Naciones Unidas, pero sobre todo, los financieros, abogaron por la estabilización de las comunidades receptoras de migrantes y su recuperación tras la pandemia de la Covid-19.
También señalaron que es clave atender las causas del fenómeno, que incluye el desarrollo de infraestructura y necesidades básicas en los países de origen como mecanismo para desincentivar los flujos ilegales.
Como siguiente paso en la estrategia, Mouynes anunció para el 3 de mayo venidero otra reunión de delegados de Centroamérica y el Caribe para evaluar los impactos económicos del contexto geopolítico, que también inciden en la migración.
Adelantó además que a la cita se espera asista el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, bloque con el que se refuerzan nexos de colaboración y alianza.
La reunión regional sobre migración en Panamá fue más de lo mismo o como reconociera el propio Blinken al menos permitió ver el desafío que significa este flagelo y la necesidad de una coordinación transversal.
El encuentro al final resultó la mejor antesala para el propósito de los enviados de la administración de Joe Biden de cara a la IX Cumbre de las Américas a celebrarse en junio en Los Ángeles, California, y que tendrá entre sus platos fuertes una Declaración de los jefes de Estado sobre Migración y Protección, para la cual encontraron el consenso esperado.
De otra parte se constató el creciente paso por el istmo de migrantes irregulares a través de la selva del Darién, fronteriza con Colombia, en la ruta hacia el llamado sueño prometido: Estados Unidos.
A la cifra récord de más de 133 mil migrantes procedentes de 35 países en tránsito por la jungla se sumaron de enero a marzo pasado otros 13 mil 425, más del doble de los cinco mil 622 en el mismo lapso de 2021.
Mientras tanto, la breve estadía de Blinken y Mayorkas fue rechazada por movimientos populares que en diversas manifestaciones denunciaron las políticas injerencistas que trajeron quienes consideraron como emisarios de la guerra.
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