Dumas señaló a la prensa que la aeronave contaba con un certificado de aeronavegabilidad, y se encontraba en condiciones de volar, pero bajo el estatus de avión privado no autorizado para uso comercial, aseguró al programa Magik9.
La víspera una pequeña avioneta se estrelló en la avenida Rails de Carrefour, con un saldo de al menos seis fallecidos y cuatro heridos. Durante el accidente varios vehículos resultaron dañados, confirmaron las autoridades.
“Diez minutos después del despegue, el avión llamó a la torre para lanzar una alerta de emergencia. El piloto informó de que el avión había perdido el motor”, explicó Dumas quien descartó las condiciones meteorológicas como una de las causas del accidente.
Para el funcionario, el conductor de la aeronave “tomó una mala decisión al optar por no dirigir el avión en las costas o en el litoral”, y no dominó los obstáculos del sitio donde pretendía realizar su aterrizaje forzoso, subrayó.
De acuerdo con la documentación encontrada en el sitio del accidente, el piloto, Amado R. Gutiérrez, era de origen dominicano y portaba una tarjeta de la academia Entrenamientos Aeronáuticos Las Américas.
Medios de prensa del vecino país confirmaron, asimismo, que Gutiérrez, quien sobrevivió al impacto inicial, pero luego sucumbió a las heridas en el hospital, contaba con una identificación del Instituto Dominicano de Aviación Civil.
El aparato se dirigía a Jacmel, ciudad costera situada a unos 45 kilómetros al sudeste de Puerto Príncipe y según el manifiesto de vuelo trasladaba a cuatro pasajeros, además del piloto. Este es el segundo incidente fatal con destino al sur del país desde julio, cuando un monomotor se estrelló en la comuna de Léogâne en la localidad de Mathurin, matando a seis personas, entre ellas dos misioneros estadounidenses.
El primer ministro, Ariel Henry, lamentó el accidente y anunció la apertura de una investigación para determinar las causas del siniestro.
Los vuelos hacia el sur de Haití aumentaron considerablemente desde mediados del pasado año como consecuencia de los enfrentamientos entre las pandillas, y mientras crece la violencia en esa zona que une a Puerto Príncipe con los departamentos meridionales, lo cual obligó a más de 20 mil personas a abandonar sus hogares.
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