En un periodo de 24 horas los días 11 y 12 de abril pasados cayeron entre 200 y 400 milímetros de lluvia, precisó la entidad, en cuyo mensaje subrayó que el desastre subraya una vez más los crecientes peligros planteados por las precipitaciones.
Al menos 443 personas murieron y decenas más están desaparecidas, remarcó la OMM, mientras apuntó al clima cambiante y la necesidad de alertas tempranas basadas en el impacto que lleguen a todos.
Los estimados –agregó el comunicado- dan cuenta de 40 mil ciudadanos desplazados porque sus casas fueron arrasadas por las inundaciones.
Hubo grandes daños a negocios, carreteras, puentes e infraestructura de agua, electricidad, ferrocarril y telecomunicaciones, describió la organización internacional.
Las inundaciones –señaló- interrumpieron el suministro de combustible y alimentos, además de que el puerto de Durban, una de las terminales de envío más grandes y concurridas del continente, se vio gravemente afectado.
Por esta ruta circulan 13 mil vehículos pesados al día, por lo que tiene un gran impacto económico, aseveró el texto.
El gobierno sudafricano calificó la situación de un desastre humanitario que exige un esfuerzo de socorro masivo y urgente, y advirtió que la vida, la salud y el bienestar de miles de personas aún están en riesgo.
«Precisamos aumentar nuestra inversión en medidas de adaptación climática para proteger mejor a las comunidades contra los efectos del cambio climático», planteó el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa.
Al mismo tiempo, debemos perseguir nuestros propios objetivos de reducción de emisiones a través de una transición justa que proteja a las comunidades vulnerables y salvaguarde los empleos, añadió.
Las lluvias extremas –advirtió la OMM- son consistentes con lo que esperamos del cambio climático: una atmósfera más cálida retiene más humedad y, por lo tanto, a menudo aumenta la intensidad de las lluvias.
El informe de la Sexta Evaluación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático indicó que hay un aumento observado y proyectado de fuertes precipitaciones e inundaciones pluviales en el este de África Meridional.
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